Diario de León

Aflora la epidemia oculta del amianto

Un mal muy duradero. La prohibición del amianto hace más de 15 años no acabó con sus problemas de salud y ambientales. En León un total de 738 trabajadores siguen expuestos y 62 padecen patologías que precisan seguimiento del Servicio de Neumología del Caule, que estrena una consulta monográfica..

Javier Juan García es el neumólogo responsable de la consulta de amianto en el Caule.

Javier Juan García es el neumólogo responsable de la consulta de amianto en el Caule.

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ana gaitero | león

Aquellas uralitas que llegaron con el desarrollismo como una falsa capa de progreso, se convirtieron en poco tiempo en una pesadilla. Los pueblos se afearon con aquellos tejados grises y la salud de la gente empezó a notar sus efectos nocivos, incluso letales, al cabo de dos décadas de experimento.

Prohibido totalmente desde el 2002, el amianto arrastra tras de sí una siniestra cola. Los efectos de la exposición a este material, entre cosas cancerígeno, tienen un período de latencia «traicionero». Las enfermedades derivadas del amianto y asbesto pueden manifestarse entre 10 y 50 años después de la exposición.

Así pues, tanto los servicios de prevención de la Junta de Castilla y León como el Complejo Asistencial Universitario de León (Caule) están preparados para detectar nuevos casos en las próximas décadas.

El Programa Nacional de la Vigilancia de la Salud de los trabajadores que han estado expuestos a Amianto, que se aprobó en 2003, se ha materializado en convenios del Instituto Nacional de la Seguridad con las comunidades autónomas con planes dirigidos a las personas en situación de riesgo.

En la provincia de León hay un total de 738 personas en el Registro de Trabajadores Expuestos al Amianto (Team), de los cuales 608 aún están en activo y otros 130 son trabajadores pasivos, según datos de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León.

León aglutina el segundo mayor volumen de personas expuestas al amianto en la Comunidad, después de Valladolid con 1.837 trabajadores registrados y seguida de Burgos con 454 casos, Palencia con 332, Salamanca con 252, Ávila con 148, Segovia con 94, Zamora con 87 y Soria con 27.

Asimismo, cerca de 150 empresas de la provincia están inscritas en el registro con riesgo de amianto de Castilla y León (Rera), que fue creado en 2006 a raíz de un decreto para controlar los trabajos que impliquen contacto con este material. En 2017 se dieron de alta 14. Son empresas que siguen trabajando con amianto en su actividad diaria o de forma esporádica y tienen que establecer Planes de Trabajo de Retirada de instalaciones afectadas.

«El amianto se ha utilizado de forma muy abundante a lo largo del tiempo debido a sus propiedades aislantes, mecánicas, químicas, térmicas y su bajo coste», explica Jorge González Álvarez, técnico de prevención de riesgos laborales en UGT de León.

El sector con más riesgo de exposición es el de la construcción, pero prácticamente se ha usado en todos los sectores productivos y, a pesar de la prohibición de su uso desde 2002, está instalado en edificios, viviendas, instalaciones industriales, edificios públicos, etcétera.

Las empresas tienen que presentar planes para realizar trabajos relacionados con el amianto, en particular para trabajos de desmontaje de estructuras, tejados y similares. En la provincia de León se realizaron el año pasado un total de 80 solicitudes de trabajos con riesgo de amianto.

El número de planes ha aumentado de año en año en la Comunidad debido a la aplicación de esta normativa. Así de los 176 que se contabilizaron en 2009 en todas las provincias se pasó a 393 en 2016, de los cuales 365 fueron aprobados.

La mayoría son trabajos generales, aunque también hay presentados planes para transportes, vertederos y saneamientos de aguas. La retirada de amianto es el fin principal y, en particular, el fibrocemento aglutina la mayoría de estos planes.

Las empresas están obligadas a proporcionar la protección adecuada y los trabajadores a cumplir con la normativa específica para minimizar el riesgo de exposición al amianto. Comisiones Obreras de Castilla y León celebró unas jornadas recientemente en las que alertó sobre el riesgo ambiental y para la salud aún latentes del amianto.

«El amianto es la epidemia oculta y ocultada más terrorífica de los últimos tiempos en nuestra sociedad occidental. Y sus efectos nocivos para la salud pública no han hecho más que empezar», remarca Paco Puche, autor del libro, Amianto.

En España, el período de máxima utilización del amianto fue de los años 60 a los 80 del siglo pasado. A medida que se extendía el uso empezaron a conocerse los riesgos por inhalación de sus fibras, por lo que empezaron las restricciones. El amianto azul y el marrón, los más peligrosos para la salud, fueron prohibidos en 1984 y 1993. Quedó el amianto blanco hasta 2002.

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