El debate abierto en la ciencia

carmen Tapia | león

Una docena de profesionales titulados por la Universidad de León en distintas materias han firmado la carta promovida por la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudociencias, el Grupo Español de Pacientes con Cáncer, la ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, el Círculo Escéptico y la Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad y FarmaCiencia, y dirigida a la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, para avisarle de que las pseudociencias «matan». El movimiento, que moviliza ya a más de mil profesionales de toda España, incluye en la lista de pseudociencias a la homeopatía. Sin embargo, el uso de tratamientos homeopáticos divide a los profesionales sanitarios.

Media docena de médicos de León prescriben tratamientos homeopáticos a diario, lo que generó una venta de 27.160 unidades en el año 2017. Las campañas en contra y la peticiones de regulación de lo que la actual Ley considera un medicamento, ha hecho que las ventas caigan un 21% ya que en el año 2016 las unidades vendidas en León ascendieron a 35.503, según los datos facilitados por el laboratorio Boiron.

En lo que sí coinciden los profesionales sanitarios es en la necesidad de la regulación de un producto que hasta ahora está en el limbo legal. «Los medicamentos homeopáticos están sujetos a una legislación, por lo que su prescripción y dispensación es legal y obligada para el farmacéutico como cualquier otro medicamento», asegura el presidente del Colegio de Farmacéuticos de León, Javier Herradón. Herradón hace referencia a la Directiva 92/73/CEE del Consejo de 22 de septiembre de 1992 por la que se amplía el ámbito de aplicación de las Directivas 65/65/CEE y 75/319/CEE relativas para los medicamentos homeopáticos. «Las autoridades son las que tienen una obligación, marcar las líneas y la de elaborar sus actos delegados, son las primeras que tienen que decir si los homeopáticos son medicamentos o no lo son».

Aunque el Gobierno socialista de Pedro Sánchez se ha pronunciado a favor de que la homeopatía deje de ser un medicamento, la única decisión ministerial vigente es la que tomó el gobierno de PP con la ministra Dolors Montserrat al frente de Sanidad, que permitió venderlo como medicamento en las farmacias a pesar de reconocer que no tenían evidencia terapéutica.

Uso controvertido

El presidente del Colegio de Médicos de León, José Luis Villarig, se posiciona en contra de las pseudociencias, a las que califica de «engaño absoluto» y cree que el uso de la homeopatía «es controvertido» porque hay muchos médicos que la prescriben. «No tiene el respaldo científico», aunque hay colegios de Médicos, como el de Valladolid, con una vocalía de médicos homeópatas. «No tengo conocimientos para calificarlo de pseudociencia pero no tiene evidencia científica. El Consejo de Colegios de Médicos no defiende su uso actualmente».

El médico de Familia, Roberto Ordóñez Picón es uno de los seis facultativos de la provincia que utiliza la homeopatía tanto en su consulta privada como en la Seguridad Social. «Es un tratamiento complementario, no es excluyente sino que suma». Ordóñez Picón cree que los tratamientos homeopáticos «están siendo difamados fruto de una campaña que atenta contra la honorabilidad de los médicos que la utilizamos». Picón utiliza la homeopatía para los procesos reumatológicos, ansiedad y depresión, alergias, procesos digestivos y colon irritable, entre otras patologías. «Hay muchos medicamentos convencionales que se utilizan que tampoco tienen evidencia científica. Utilizo la homeopatía porque la experiencia me ha demostrado resultados para confiar».

El médico barcelonés Antonio Ortega, ex vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Homeopática, asegura que la sociedad que rechaza la homeopatía «es porque no entiende los principios moleculares tengan un efecto biológico. Lo que se pretende es que el cuerpo reaccione. Se puede ignorar este principio o seguir investigando. Sí hay evidencias científicas».

Marisa Alonso Núñez es doctora en Farmacia, bioquímica y nutricionista. Se posiciona en contra del uso de la homeopatía «porque no tiene base científica para funcionar. Tiene dos principios, la similitud, que dice que lo similar cura lo similar, y la dilución, que cuanto más diluido esté más potente es. Están tan diluidos que son sólo azúcar y agua».

Ninguno de los especialistas consultados por este periódico que defienden la homeopatía apoya el abandono de las terapias tradicionales contra el cáncer para utilizar sólo la homeopatía. «Son tratamientos complementarios y nunca se debe abandonar un tratamiento de quimioterapia porque la homeopatía no es sustitutiva de los tratamientos convencionales», aseguran desde la Asamblea Nacional de Homeopatía.

Por su parte, Elena Campos, presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, impulsora del escrito enviado a la ministra, destaca la creación de un observatorio de malas práxis médicas por parte de la Organización Médica Colegial, que se posiciona en contra de la homeopatía «porque hay muchos casos de intrusismo. Hay expertos que denuncian las malas prácticas y piden cambios en la legislación para evitar el mal uso y de la proliferación de la pseudociencias y el engaño que supone para los pacientes que recurren a ellas».

El hematólogo del Hospital del Bierzo, Erik de Cabo, asegura desconocer evidencias científicas que apoye el uso de las pseudociencias «sí existen estudios científicos que asocian su uso con un aumento de la morbimortalidad».

El biólogo y divulgador científico Álvaro Bayón, lleva luchando «contra las supercherías» propias de tiempo en que la medicina «era poco menos que equilibrar humores aplicando sanguijuelas y practicando sangrías. Hoy la medicina está más avanzada de lo que nunca ha estado, vivimos el doble que nuestros tatarabuelos gracias a esa medicina».