Diario de León

ROSA MARÍA CONDE ROLDÁN Directora gerente de Alfaem Salud Mental

«Las enfermedades mentales crecen en la infancia y no actuamos»

Rosa Conde, en la sede de Alfaem.

Rosa Conde, en la sede de Alfaem.

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carmen Tapia | león

Diario de León publicó en su portada el 19 de julio de 1991 la noticia de un proyecto para crear en León «una asociación de ayuda a enfermos mentales» con el apoyo de siete familias, que comenzó como consecuencia de las «irregularidades detectadas en el psiquiátrico Santa Isabel». Veintisiete años después de ese anuncio, conceptos como «enfermos mentales» y «psiquiátricos» están en desuso y dejan paso a otra realidad social que busca eliminar el estigma de las personas con problemas de salud mental, diagnóstico por el que 4.530 leoneses tienen reconocida una discapacidad, la segunda provincia después de Valladolid. En Castilla y León hay 26.992 personas.

—¿Cómo ha cambiado la visibilidad de las enfermedades mentales?

—Mucho, sobre todo la terminología. Hablamos de personas con problemas, con dificultades, pero con muchas capacidades de vivir, de tener una vida autónoma, de decidir. En los inicios eran pacientes, enfermos, incluso residentes. Ahora hablamos de ciudadanos, de apoyos personalizados, individuales, adaptados a las necesidades de las personas, como cualquiera de nosotros que tenemos nuestros objetivos en la vida. Alfaem presta esos apoyos en los diferentes programas con el único objetivo de que tengan autodeterminación, que tomen las decisiones para ser autónomos y cumplir esos objetivos.

—¿Por qué surgió Alfaem?

—Las familias estaban desbordada con su enfermos en casa sin saber qué hacer, en plena reforma psiquiátrica en el papel pero sin desarrollar. Ahí estaba el movimiento asociativo Alfaem, con un grupito de diez familias en los inicios y ahora 400 socios entre familias y personas con problemas de salud mental y amigos. Les unió un fin común de ayuda mutua para solucionar problemas como los enfermos en la calle, en los domicilios o en recursos inadecuados, lo que se llamaban manicomios, psiquiátricos y con la idea negra de cómo se atendían a estas personas por el simple hecho de tener un problema de salud mental.

—Un problema del que ahora se tiene más conocimiento. ¿Cómo han cambiado la conciencia social?

—Ha habido un antes y un después. Trabajamos mucho para que las familias entiendan y vivan esa situación de una forma adecuada, como el resto de las familias tenemos que vivir con otros problemas pero que no nos da vergüenza contarlo.

—¿Por qué la salud mental sigue siento un tabú?

—Alfaem empezó a dar prioridad a los programas de sensibilización intra y extracomunitarios hace diez años con charlas en colegios, institutos, ceas, centros de salud, pueblos. No hay que tener miedo, no pasa nada por decir que tienes un problema de salud mental, al igual que digo que tengo un problema de hipertensión o de diabetes. Se hizo una buena labor. Las familias se vieron reforzadas porque no habían hecho nada malo. Fuimos apoyando, creando recursos, y la sociedad vio a Alfaem con sus viviendas supervisadas integradas en la sociedad, su centro ocupacional, sus trabajos, centro especial de empleo. Siempre hemos trabajado en los domicilios a través de un programa integral con trabajador social y educador.

Acabar con el estigma

—¿Con qué miedos vive una persona que tiene un diagnóstico de salud mental?

—Primero el estigma, cómo tú ves que la otra persona reacciona cuando lo dices. No vamos a mencionar la gran enfermedad, que todos sabemos que es la esquizofrenia, que sigue teniendo un estigma por los graves hechos que muchas veces vivimos en la sociedad y que gratuitamente utilizamos la palabra sin pensar el daño que podemos hacer a las personas que la padecen. Los medios habéis mejorado muchísimo, sois mucho más cuidadosos en vuestra terminología para no herir y para no faltar y hablar correctamente, pero aún así tenemos cosas que mejorar. Cada vez hay más diagnósticos, más enfermedades y tratamientos.

_¿Qué factores influyen para que una persona desarrolle una enfermedad mental?

—Factores genéticos, ambientales como el estrés,que no es nada bueno, llevar una vida poco saludable y las adicciones de todo tipo, no sólo de alcohol y drogas, ludopatías, nuevas tecnología, sexo...

—¿Cuáles son los hitos más importantes en la estrategia para la salud mental de los últimos años?

—La forma de atender a las personas. Hemos pasado de instituciones fuera del ámbito comunitario, macrocentros, a una integración social y a una atención que se basa en las necesidades de las persona. El servicio del asistente personal supone un antes y un después porque la atención la marca el interesado. La Junta de Castilla y León se ha concienciado impulsada por el movimiento asociativo. Antes nos centrábamos en el ámbito médico. La salud va más allá de los médicos, hablamos de equipo de diversos profesionales donde se tiene en cuenta a la personas. Es importante centrarnos en los síntomas pero también hay que tener en cuenta las actividades sociales, las habilidades cognitivas, el deterioro a otros niveles. También ha cambiado la concienciación social a través de los medios de comunicación, y la Junta de Castilla y León y la Gerencia de Servicios Sociales, a través de la ley de dependencia y la nueva normativa sobre discapacidad y dependencia, han integrado a las personas con problemas de salud mental en su legislación. Personas que necesitan un empleo, una vivienda digna, apoyos, asistente personal que es protagonista importante como una herramienta para la libertad de las personas. Tenemos 40 casos atendidos a través de la figura del asistente personal. Antes no llegábamos a nivel individual. Con la enfermedad mental hay problemas sociales, hay miedo a relacionarse y hacer cualquier gestión o visita en la comunidad. Al igual que en un discapacidad física vemos bien la silla de ruedas en la discapacidad mental tenemos el recurso del asistente personal.

—¿A cuántas personas atiende Alfaem?

— En el 2017 atendimos a 1.038 personas en diferentes programas, 743 en León, 232 en Ponferrada, 40 en Astorga y 23 en Villablino. Personas que han pasado por los programas de autonomía personal, ocupación laboral ‘La Senda’ y ‘El Valle’ y empleo, viviendas supervisadas y centro residencial. Las mujeres han ido creciendo en todos los servicios.

—¿Qué proyectos tienen de futuro?

—Nos vamos a centrar mucho más en la mujer. La mujer tiene un doble estigma social. Un estudio de la Federación Salud Mental de Castilla y León destaca que hay un porcentaje muy elevado de mujeres que han sufrido malos tratos o abusos. Y en la zona rural muchísimo más. Si al rol tradicional de la mujer en el ámbito rural le añades una discapacidad nos encontramos que en vez de recurrir a recursos se quedan en el entorno familiar e incluso colaboran en la ayuda de sus padres mayores, y se mantienen unas circunstancias diferentes con el hombre con enfermedad mental. Nuestra prioridad son las mujeres que tienen problemas de salud mental, algunas conviven con menores. Es muy importante que colaboremos con las entidades que trabajan con la mujer, como expertos en salud mental, y con una gama de recursos en las que se podrían incorporar.

—¿Y con los menores?

—Hay que hacer algo. En la medida que hemos ido colaborando en distintos ámbitos, los problemas en la infancia son importantes y los recursos son muy necesarios. No los cambiemos de colegio si hay un problema, eso no es solucionar.

—¿La enfermedad mental se puede frenar en la infancia si se detecta a tiempo?

—Sin lugar a dudas, siempre estamos hablando de problemas con solución si los tratamos y buscamos a profesionales especializados. Como madre voy a las charlas a los institutos y se me ponen los pelos de punta. Es un horror lo que nos está viiniendo encima porque no conocemos ni tenemos personal experto en tratar a los menores que no se adaptan al mundo educativo. La edad cada vez va bajando. La administración tendría que preparar políticas de prevención a edades muy tempranas y trabajar con hábitos saludables en la salud mental. Damos pasitos, ahora nos llaman de institutos y colegios para dar charlas, antes era más complicado. Llegas a las reuniones y es un tema tabú, un estigma. Parece que nos lo tomamos a risa los problemas y normalizamos ciertos aspectos. Hay estudios que relacionan la enfermedad mental con hábitos poco saludables, drogas, alcohol, estrés, acosos, todas esas situaciones llevan a un posible problema de salud mental. Si no lo atajamos es probable que dentro de cinco años desarrollen un problema de salud mental, el que le toque. Es muy injusto que la administración, a la que se está avisando, no tome medidas en el ámbito educativo.

Lugar: Club de Prensa del Diario de León. Gran Vía de San Marcos, esquina con calle Fajeros. Fecha: Hoy a las 20.00 horas. El Club de Prensa del Diario de León se aproxima hoy al abordaje social y sanitario de las personas con problemas de salud mental. El reto es eliminar el estigma al que se enfrentan cada día 4.530 leoneses con una discapacidad por esta causa.

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