Diario de León

Los leoneses olvidados de los campos nazis

Lista abierta. Al menos 41 leoneses y leonesas sufrieron los campos nazis, aunque sólo 24 aparecieron el 6 de agosto en el BOE. El Ministerio de Justicia reconoce que el listado "es provisional" y el objetivo es elaborar uno definitivo con las aportaciones de familiares e investigadores.

Prisciliano García gaitero (derecha) con un compañero del campo de concentración. EDILESA

Prisciliano García gaitero (derecha) con un compañero del campo de concentración. EDILESA

León

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A Prisciliano García Gaitero nunca le reconocieron como deportado en los campos nazis. Ni él ni su familia fueron indemnizados por Alemania. Este leonés fue uno de los prisioneros españoles liberado en 1945 del campo de concentración de Dachau, el último en el que estuvo prisionero después de Mauthausen y Gusen.  

Tampoco aparece su nombre en el listado que el Boletín Oficial del Estado publicó el día 6 de agosto con los nombres de 4.427 españoles que sufrieron el horror del Holocausto. Ni el de Prisciliano ni el de otros 12 leoneses que sí figuran en el Memorial de Españoles Deportados a Campos Nazis que publicó el Ministerio de Cultura y Deporte en 2006 y que elaboraron Benito Bermejo y Sandra Checa con 8.000 registros de españoles.  

Alipio Rodríguez Omaña, de Rioseco de Tapia, José Alonso Alonso, de Torre del Bierzo, Víctor Alonso, de Odollo, Rufino Baños Lozano, de El Burgo Ranero, Rogelio Canedo Yebra, de Carracedo, Prisciliano García Gaitero, de Fuentes de Carbajal, Felipe Morán Iglesia, de León, Vicente Pabón Gorgojo, de León, Enrique Rodríguez Aja, de Cármenes, Vicente Soto Muñiz, de La Seca, son los nombres que rescataron del olvido Bermejo y Checa de prisioneros leoneses liberados de los campos de concentración al finalizar la II Guerra Mundial. El BOE no ha incluido a los supervivientes que, como García Gaitero, sufrieron secuelas de diferente tipo y vivieron en aquellos campos con el temor de ser ellos los que cualquier día saldrían en forma de humo por la chimenea. Pero tampoco a dos que, según el memorial de los Españoles Deportados en los Campos Nazis, murieron asesinados en los campos de concentración. Es el caso de Santiago Fuente Blanco, de Lucillo, que habría fallecido el 9 de junio de 1941, y también de Ursicino Ruiz García, de Carrizal, cuya fecha de defunción es el 21 de noviembre de 1941.  

Asimismo, hay otras tres personas de origen leonés cuyo paso por los campos de concentración está documentado en otros archivos y tampoco aparecen en el BOE. Es el caso de Ángel Altozano Auri, de Santa Lucía de Gordón, y de las dos únicas mujeres leoesas que hasta ahora han salido a la luz de aquella barbarie: Ángela Cabeza Rodríguez, de Magaz de Cepeda, y de Adrienn Calderón, de Lugán.

 

El Boletín Oficial del Estado publicó los nombres de 24 leoneses a instancias del Registro Central de España. Entre ellos el de José Calvete, de Albares de la Ribera, que hasta ahora no había sido referenciado.  

El objetivo es formalizar el fallecimiento de estas personas cuyos listados fueron proporcionados por Francia en los años 50 al gobierno de Franco y de cuya existencia no se supo hasta después de la muerte del dictador, como recuerda Benito Bermejo.  

El Ministerio de Justicia explica que «se trata de elaborar un listado definitivo» pues «el que existe es provisional». Por este motivo, las cifras no coinciden con otras bases de datos. El edicto busca «poder otorgar a esas víctimas la cualidad de ‘fallecidos’ que ahora no tienen, y así poder inscribirles en el Registro como tales». Las alegaciones y correcciones que aporten los familiares, allegados o investigadores servirán para completar el listado provisional.  

Además, en el listado del BOE se han detectado muchos errores en los nombres de los pueblos. Por ejemplo, Brugos de Fenar, pueblo de origen de Celestino Colín García, aparece como Bruges y Cármenes como Cármena. A Manuel Crespo López le sitúan en un pueblo supuestamente llamado Villajeile que podría ser Villafeile, en Balboa, pues en el listado de Bermejo y Checa está ubicado en Lamagrande, del mismo municipio.  

Benito Bermejo reconoce el valor de que los nombres de estas víctimas del Holocausto, aunque sea de forma incompleta por ahora, hayan sido reconocidos por el Gobierno de España, puesto que el memorial que publicó el Ministerio de Cultura «no tiene el rango de documentación oficial» que da el Boletín Oficial del Estado.  

Espera que algún día se complete y se incluyan en el memorial las rectificaciones a nombres y nuevos descubrimientos de víctimas que ha ido recopilando desde que se publicó el listado que, desde que se colgó en la web del Ministerio de Cultura, «no ha sido modificado».

 

«SE ME SALTABAN LAS LÁGRIMAS»

«Se me saltaban las lágrimas, ya era hora de que les hicieran un reconocimiento», apostilla José Luis Gavilanes Laso, autor de la biografía de Prisciliano García Gaitero, que publicó Edilesa en el año 2005. Aunque lamenta que figuren solo los asesinatos y no los supervivientes. «Prisciliano murió cuatro después en un hospital francés por las secuelas, pues contrajo una tuberculosis ósea», explica.

 

Imagen de juventud de Prisciliano García Gaitero . EDILESA

Hay un mes de plazo desde el 6 de agosto, pero muchas familias ya se han encontrado con la barrera digital para poder presentar sus alegaciones y aportaciones biográficas, ya que, como señala Marco González, vicepresidente de la ARMH, «sólo se ha establecido el procedimiento con certificado digital que muchas personas no lo tienen».  

Prisciliano García Gaitero había nacido en Carbajal de Fuentes en 1903, de donde salió a muy temprana edad con destino a Mieres de la mano de su madre, que había enviudado. Se hizo minero y cuando se produce el golpe de Estado era afiliado al PCE. Dejó constancia de su sufrimiento en un cuaderno del que surgen sus memorias. Minero era también como Alipio Rodríguez Omaña, de Tapia de la Ribera, que se enganchó a las tropas republicanas en Villamanín en 1937. Salieron a Francia por Asturias, sin saber que en poco tiempo al otro lado de la frontera les esperaba el nazismo. En un diario dejó constancia de la liberación de Mauthausen. Alipio vivió hasta 1981. Tampoco fue reconocido.

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