Diario de León

Playa sí, pero con mi perro

Con el inminente anuncio del verano y las altas temperaturas comienzan a florecer las prohibiciones para perros en la mayoría de las playas españolas, pero hay más de 60 calas del país que aceptan mascotas

Buba disfrutando en una playa de Asturias.

Buba disfrutando en una playa de Asturias.

León

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Si convives con un perro, al organizar tus vacaciones seguramente tendrás que hacer filigranas para encontrar destinos que posibiliten llevar a tu mascota contigo. Ya no es solo cuestión del alojamiento, ya que en muchos hoteles y apartamentos no se admiten, sino también por la falta de playas en las que la entrada a los canes esté permitida.

En el caso de Asturias, la costa más cercana a León, existen tres posibilidades: el Rinconín (Gijón), Bayas (Castrillón) y la Cala Saliencia (Cudillero). Sin embargo, son muchas las provincias españolas que cada vez más se suman al turismo con animales y aceptan visitantes caninos en sus zonas de baño. ¿Quieres descubrir esos lugares?

FOTO: MANOLO TOBALINA

En el gráfico encontrarás todas las playas aptas para mascotas este año, para que puedas preparar una perfecta escapada en compañía de tu amigo animal. En realidad, la mayoría de las playas admiten perros durante el invierno, pero ponen prohibiciones en el verano coincidiendo con una afluencia mayor de público, principalmente, en los meses de julio y agosto. Los amantes de los animales, que los consideran como parte de su familia, reclaman desde hace años habilitar en todas esas zonas de costa un área especial para perros. Ya ocurre con los surfistas y con las personas que practican deportes acuáticos, las cuales acotan pedazos de playa para sus prácticas. Aplicar la misma norma para los perros sería tan sencillo cómo escribirlo en un papel y autorizarlo.

En esta materia, cada vez son más las comunidades autónomas que comprenden la problemática de poseer un perro y no poder compartir con él un refrescante día de playa, por ello van acondicionando poco a poco playas poco transitadas por turistas. Disfrutar de ese día exige, no obstante, cumplir una serie de normas para garantizar el bienestar de todos los asistentes. Incumplirlas puede suponer una sanción económica y la expulsión de la playa tanto para el perro como para los dueños.

Guss en El Rinconín, de Gijón, donde se permiten perros . ÁGRATA ANDRÉS VERGARA

os canes deben ir atados una vez que salgan del agua. Los perros catalogados cómo PPP no pueden ir sueltos o sin bozal bajo ningún concepto, tanto dentro como fuera del agua. Se deben recoger las heces de la playa y evitar que el can orine cerca de otras personas que estén disfrutando de la playa. Cuando no hay peligro de molestar a otras personas es habitual soltar a los perros para jugar con ellos un rato en la arena o dejarlos correr a su antojo.

Sin embargo cabe destacar que hay policías de paisano visitando estas playas y pueden multar por incumplir las normas. Algo a tener muy en cuenta si el perro está catalogado como peligroso, ya que las sanciones pueden superar los 3.000 euros y suponer que retiren la custodia y licencia del perro.

En la parte positiva, preparar la toalla, la sombrilla y la fiambrera puede resultar estimulante. Para el perro es importante cobijarse en la sombra para no sufrir un golpe de calor, muy comunes en perros que visitan playas por exceso de exposición al sol. También llevar agua fresca, dulce y potable para ponerla en un bebedero a su disposición y no dejarle beber agua del mar, que produce diarreas y vómitos. Como la lógica también dice, es mejor impedir que se bañe si el mar está revuelto o arrastra, porque la seguridad de tú perro es lo primero, la diversión lo segundo.

Blass en el mar, en Gijón. ÁGRATA ANDRÉS VERGARA

Cosme en una playa asturiana. MARCO ROMERO

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