Diario de León

Raúl Rivas: «El cólera y la viruela han matado más que todas las guerras»

Raúl Rivas es catedrático de microbiología de la USAL

Raúl Rivas, científico de la Usal. DL

Raúl Rivas, científico de la Usal. DL

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Cuenta la leyenda que a la caída de Troya contribuyó un enorme caballo que en su interior escondía a los soldados enemigos, pero más probablemente una epidemia fue la causa de la derrota de la ciudad. También cayeron, esta vez por fiebre amarilla, los soldados de Napoleón que intentaban recuperar para su emperador el territorio de Haití. Y claro, los microorganismos allanaron la conquista española de América. La historia, que parece dirigida por el empuje de grandes reyes y reinas, se explica muchas veces por la actuación de los seres vivos más pequeños del planeta. A su influencia en los grandes acontecimientos de la humanidad dedica el catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca Raúl Rivas su nuevo libro, Historia de los microbios (Guadalmazán).

—¿Cómo han impactado los microbios en la historia?

—Han cambiado completamente la sociedad. Pensemos en la peste negra, que diezmó la población en la Edad Media. Eso produjo que muchos ricos murieran sin herederos, lo que hizo que se repartiera la riqueza; al no haber mano de obra, aumentaron los sueldos y al extenderse el sentimiento de que la muerte estaba cerca, se primaron las ganas de disfrutar de la vida, el ‘carpe diem’, y todo ello es el caldo de cultivo perfecto para el Renacimiento.

—¿Ha sido la peste negra la peor pandemia de la historia?

—Fue terrorífica, pero estuvo muy localizada en Europa. Existen muchos ejemplos de pandemias espantosas. La gripe española, en 1918, tuvo una incidencia clave y llegó a facilitar las políticas de promoción de las familias numerosa, y el sida fue crucial para cambiar las relaciones sexuales. También el cólera y la viruela han sido enfermedades que han causado numerosas muertes, más que todas las guerras juntas. Por suerte, la viruela fue erradicada en los años 70.

—La covid-19 ha sido la pandemia más reciente, pero los científicos advierten de que habrá más.

—Sí, y tiene todas las papeletas que pueda ser otra zoonosis, que venga de los animales, virulenta, y luego que sea fácil de transmitir, quizás por aerosoles. Los coronavirus nos han dado tres toques en el siglo XXI, pero los influenzavirus, como los virus de la gripe aviar, son quizás unos de los que más posibilidades tienen de provocar otra pandemia, aunque también debemos vigilar las enfermedades transmitidas por artrópodos como la fiebre amarilla o el dengue, entre otras. Algunas bacterias también darán sustos, cómo la del cólera, que causa brotes en zonas con mala salubridad. Y enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea o la sífilis están en aumento. En fin, el panorama es cambiante.

—¿El cambio climático es ya una clave en las pandemias?

—Sí, junto a otros factores. Pero el cambio climático favorece el aumento de las temperaturas y facilita la distribución de los agentes vectores, principalmente, de artrópodos como mosquitos y garrapatas, que encuentran nuevas latitudes y están activos más tiempo. Los mosquitos son el animal más mortífero del planeta, causan muchos más fallecimientos que la suma de todos los provocados por animales como las serpientes, los tiburones o los tigres.

También las garrapatas se extienden con el cambio climático, y las aves y los murciélagos, que son reservorios de algunos agentes patógenos, pueden buscar lugares donde antes no eran habituales e interactuar con los humanos. En los países con conflictos bélicos aumentan los brotes de cólera o rabia, la deforestación provoca que los animales, y con ellos, los virus, busquen nuevas áreas, y la globalización hace que los patógenos se muevan de un lugar a otro, igual que el tráfico ilegal de animales silvestres. Así que sí, hay muchísimos factores que aumentan la probabilidad de que surja una nueva pandemia, aunque es imposible predecir en qué momento ocurrirá. Por eso, estudiar la historia también nos ayuda.

—Y ante este panorama, ¿se puede hacer algo para evitarlas?

—Se pueden poner las bases para estar preparados, detectar las zonas de emergencia, dotar de infraestructuras a las zonas calientes, diseñar estrategias de prevención...

—Una parte de la población no cree en las medidas de prevención, principalmente, en las vacunas.

—Es por falta de conocimiento, de educación. Las vacunas son uno de los pilares de la sanidad de la que disfrutamos. En la primera mitad del siglo XX las principales causas de muerte eran las enfermedades infecciosas, y eso ha cambiado en muchos países, aunque por ejemplo el sarampión, que es causado por un virus muy contagioso, sigue provocando miles de muertes en niños que no tienen cobertura sanitaria. Caer en la trampa de los antivacunas nos haría retroceder cientos de años y si fuera así, niños y adultos volverían a morir por enfermedades prevenibles.

—España es un país retrasado en la ciencia. ¿Por qué?

—Probablemente es un problema multifactorial, pero sobre todo, la causa está en la falta de financiación. Sin recursos, es muy difícil hacer ciencia. Por supuesto que hay muchas mentes brillantes. Un ejemplo reciente relacionado con el área de la microbiología es el de Francis Mojica, cuyas contribuciones tempranas facilitaron el desarrollo de la tecnología CRISPR-Cas., una técnica que fue galardonada con el Nobel. Quizás nos falta promoción de los nuestros y nos sobra cainismo. Mientras que el mundo anglosajón y en otros numerosos países reconocen a los suyos, en España no valoramos como deberíamos a los nuestros.

tracking