Terapia contra el cáncer de hígado

El hepatocarcinoma (HC) es uno de los tumores más frecuentes, con una incidencia en aumento y un pronóstico muy desfavorable. Ocupa el quinto lugar en frecuencia en los tumores del hombre y el octavo en la mujer, con una supervivencia global en la mayoría de los casos de 1 año. La incidencia estimada, que varía ampliamente según los países, es de aproximadamente 500.000 nuevos casos por año. El 85% de estos nuevos casos ocurren en áreas con altas tasas de infección crónica por el virus de la hepatitis B y con un consumo aumentado de aflatoxinas en la dieta. En los países occidentales el virus de la hepatitis C y el consumo crónico de alcohol son los factores más importantes para el desarrollo de un HC. Uno de los problemas más importantes en el abordaje terapéutico del HC es la ausencia de un tratamiento efectivo en la mayoría de los pacientes, lo que viene motivado por varias razones: 1) por la existencia de una cirrosis subyacente en el 80% de los pacientes, que dificulta muchas de las aproximaciones terapéuticas, entre ellas la cirugía, 2) la escasez de órganos para transplante en los casos indicados y 3) la casi nula respuesta a la quimioterapia o radioterapia. En la última década ha cobrado gran interés la investigación en el campo de la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) y su relación con diversas enfermedades, y de forma importante con el cáncer. Las terapias antiangiogénicas difieren de las terapias anticancerosas clásicas, en que su objetivo no es la erradicación total de las células tumorales sino evitar la expansión de la masa tumoral. La diana de las terapias antiangiogénicas son las células internas de los vasos sanguíneos del tumor, lo que implica dos grandes ventajas sobre enfoques más tradicionales: la posibilidad de utilizar un solo tratamiento contra numerosos tipos de cáncer, y la baja incidencia de resistencia a los tratamientos. Uno de los antiangiogénicos más empleados y el primero que se estudió es el TNP-470, un análogo de la fumagilina (un antibiótico natural). El oxígeno: un mal enemigo Por otra parte, el fenómeno conocido como estrés oxidativo -la reacción del ciertas partes del organismo ante el oxígeno- parece desempeñar un papel importante en la aparición de un elevado número de procesos patológicos, incluyendo la inflamación crónica, el envejecimiento, la neurodegeneración y el cáncer. Así, acelera los procesos neoplásicos, jugando un papel en la iniciación y progresión del cáncer o en la resistencia al tratamiento quimioterápico. Por todo ello, era interesante realizar un estudio en el que se pueda comprobar si la inhibición de la angiogénesis tumoral por el TNP-470 va más allá de la simple inhibición de la proliferación de los vasos sanguíneos y los factores que lo favorecen y se acompaña de una reducción del estrés oxidativo. Esta investigación fue llevada a cabo por Pedro Linares bajo la dirección de Paquita González Sevilla y José Luis Mauriz Gutiérrez, profesores del Departamento de Fisiología de la Universidad de León. Los resultados mostraron que en el grupo de animales de experimentación con inducción del cáncer hepático que fueron tratados con TNP-470, ninguno de los animales presentó datos histológicos de malignidad, apreciándose únicamente cambios displásicos leves. Por tanto, el TNP-470 además de ejercer su efecto antitumoral a través de la inhibición de la angiogénesis, se comporta como un fármaco quimiopreventivo y antioxidante. El tratamiento con TNP-470 podría formar parte de la terapéutica de quimioprevención del hepatocarcinoma al ejercer propiedades antiangiogénicas, antioxidantes e inhibir otros elementos favorecedores del cáncer. (((Paquete))) Pies/frases: