28-A, primarias del 26-M

Atenor de la serie de sondeos que vienen publicándose en las últimas semanas, a Pedro Sánchez el adelanto de las elecciones generales le ha venido de perlas. Con todas las reservas aconsejables por la volatilidad y la indecisión del electorado, todas ellas sitúan al PSOE como primera fuerza política a considerable distancia de la segunda, que nadie pone en duda tampoco que será el PP.

Solamente ya ese vuelco entre las dos primeras posiciones —recuérdese que en 2016 el PP aventajó al PSOE en 52 diputados (137 por 85)— era algo inusitado hace un par de meses, momento en el que el primer partido de la oposición, Ciudadanos y el emergente Vox exigían desde la madrileña plaza de Colón la inmediata convocatoria de elecciones. Si el Gobierno Sánchez hubiera sacado adelante los Presupuestos Generales del Estado, los socialistas habrían seguido gobernando desafiando el apocalíptico panorama dibujado por PP, Cs y Vox, que estarían acusándoles de vender la Patria a nacionalistas e independentistas vascos y catalanes a cambio de su apoyo al proyecto presupuestario compartido entre el PSOE y Podemos.

No hubo tal apoyo y aún así la idea-fuerza de la triple alianza andaluza es la de acusar a Sánchez de eso mismo, bien es verdad que sin la eficacia y credibilidad que la imputación hubiera tenido en el caso de que los Presupuestos hubieran salido adelante. En ese escenario los barones del partido gobernantes en comunidades autónomas y los alcaldes socialistas se echaban a temblar, temerosos de recibir el 26 de mayo una patada en el trasero por parte del electorado cabreado con Sánchez. Únicamente el valenciano Ximo Puig lo vio de otra manera y se apresuró a adelantar las elecciones autonómicas para hacerlas coincidir con las generales.

Así las cosas, los resultados del 28 de abril van a tener una influencia muy directa sobre las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Ese día puede que aún no se sepa de qué signo será el nuevo Gobierno de España. Pero habrá una idea bastante aproximada y se conocerá el respaldo real obtenido en las urnas por cada fuerza política. Y esa será una información fundamental para orientar el voto en la triple convocatoria electoral del mes siguiente. De alguna manera, las elecciones generales van a constituir unas primarias de los posteriores comicios municipales, autonómicos y europeos. Y asimismo puede también que el signo del nuevo Gobierno central condicione en buena medida los pactos imprescindibles para formar gobiernos en los principales ayuntamientos y en las 13 comunidades en liza el próximo 28-M.