Diario de León
Publicado por
Carlos Simó Mateos, ingeniero agrícola
León

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Además de una película española de los años 80, en la que se relataban las peripecias de unos jóvenes progres de la época, en su ir y venir al reino de Marruecos, para proveerse y proveer a sus amigos y colegas de la correspondiente dosis de hachís, sic, chocolate, con que viajar por mundos etéreos y por ello lejanos, «bajarse al moro», sigue siendo la denominación común, entre traficantes y camellos, del viaje que se realiza al norte de África, para proveerse de costo, sic, hachís, que permita el uso, y trapicheo adicional del viajante, y permitirse así, además de pagarse el viaje, recaudar unas pelillas, que le compensen los riesgos corridos en su ir y venir a por la mercancía.

Pero, además, yo diría, visto lo visto en los últimos tiempos, que «bajarse al moro», es obedecer al que él cree que manda, léase que todo este lío del asalto de la valla de frontera en Ceuta y Melilla, llamada a consultas de la embajadora en España, viene de no haber cumplido de la inveterada costumbre de no haber sido Marruecos el primer país a visitar en el primer viaje oficial del presidente del Gobierno de España al iniciar su mandato.

Pero eso es solo la razón que se esgrime en primer plano, no se habla nada más que en círculos no cercanos al Gobierno, que las otras razones de las palabras de la embajadora marroquí al salir de la reunión con la ministra de Exteriores del Reino de España sic: «Los errores políticos de este gobierno traerán consecuencias», son en realidad, las declaraciones de ya ex vicepresidente Pablo Iglesias sobre los derechos de pueblo saharaui de un referéndum de autodeterminación de este país y que hizo que más tarde en un viaje oficial del presidente a Marruecos, fuera excluido de la lista de asistentes, y la gota que ha colmado el vaso, ha sido el reproche de haber aceptado al Jefe del Frente Polisario, Brahim Gali, enfermo de cáncer e infectado de coronavirus en un hospital de Logroño, con nombre falso y procedente de Argelia, alegando razones humanitarias, fíjense ustedes que lío y nosotros sin llamar a consultas a nuestro embajador en Marruecos y poniendo parches a la situación en las fronteras de Ceuta y Melilla.

Díganme ustedes como se llama a esto, en el sentido literal y estricto de la frase, «Bajarse al Moro» o «Servilismo» al monarca que controla las corrientes migratorias ente Marruecos y España; al que manda y dispone de la vida y hacienda de sus «siervos», pues «siervos», se denominan a aquellos que son esclavos de un señor, y que adoptan ese nombre voluntariamente, normalmente, diría yo en este caso.

Increíble, increíble, es como estar montado en la uva, o haber sido transportado por el genio de la lámpara hasta la edad media, y no poder despertar del sueño de lo que veo e intuyo, pues como decía, hay de todo, señor feudal, siervos y algún que otro vasallo, solo falta, el castillo, la armadura y el caballo.

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