Diario de León
Publicado por
Antonio Papell
León

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Aetas alturas, quedan pocos negacionistas del cambio climático. Alrededor de 2030, diez años antes de lo estimado, se puede alcanzar el aumento de 1,5 grados centígrados de la temperatura media de la Tierra sobre la era preindustrial, lo que supone riesgos de desastres «sin precedentes» para la humanidad. Los expertos responsabilizan en su análisis al ser humano por estas tremendas alteraciones climáticas y advierten de que no hay más opción que reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, sobre todo del dióxido de carbono (CO2), que son los principales responsables del calentamiento climático.

No queda más opción que reducir drásticamente las emisiones de fases de efecto invernadero, sobre todo el dióxido de carbono

De seguir las cosas como hasta ahora, en 2050 podrían sobrepasarse con creces no los 1,5 grados previstos en el Acuerdo de París de 2015 sino también los 2 grados, con lo cual «olas de calor, inundaciones y otros eventos extremos aumentarán de forma «sin precedentes» tanto en su magnitud, frecuencia, ubicación o momento del año en que ocurren», advierten los expertos del IPCC. En definitiva, habrá que ir más allá de los acuerdos de París, que podrían generar una subida de tres grados; y si se siguiera desatendiendo aquellas convenciones, la subida podría dispararse hasta los cuatro o cinco grados, con lo que la catástrofe sería incompatible con la vida tal como la entendemos hoy día. Aunque ciertos cambios en pleno proceso ya son irreversibles según los científicos aun podría salvarse lo esencial si se consiguiera la neutralidad climática respecto al CO2 en un tiempo prudencial (en torno al 2050), con lo que aún cabe trabajar en pro de este objetivo vital. Pero el tiempo apremia ya que, a pesar de que la Unión Europea esté poniendo toda la carne en el asador -los presupuestos de reconstrucción han de aplicarse preceptivamente a la descarbonización- y de que el demócrata Biden haya vuelto al Acuerdo de París y se haya sumado a la causa climática, ni siquiera la mitad de los países de la ONU están trabajando en esta dirección. Tras el anuncio del último informe, algunos portavoces pusieron como ejemplo de lo que nos aguarda los últimos fenómenos meteorológicos intensos que han ocupado portadas recientes en los periódicos, altas temperaturas en Canadá, inundaciones insólitas en Centroeuropa, diluvios en China, poderosos incendios en Estados Unidos y el sureste de Europa, etcétera. Las tendencias que marcan las necesidades y que los científicos estudian son muy a largo plazo, y deben describirse desde la última glaciación, hace unos 12.000 años.

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