Contra el cáncer: bajo la sombra de la inequidad en investigación

Otro año más, el 4 de febrero, se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, proclamado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional Contra el Cáncer. Otro año en el que el cáncer sigue aumentando indefectiblemente en el número de incidencias, acertando en la predicción fatídica que se estima para el 2030 en cifras de 21,6 millones de nuevos casos en el mundo, que superan los 330.000 casos para toda España, y que afectaría en la provincia a algo más de 3.700 de nuestros conciudadanos. Y para esa misma proyección temporal, se presume que la mortalidad por cualquiera de las formas en que pueda manifestarse el cáncer, se acercará a los 135.000 para nuestro país y rondará los 1.600 en León, cuando en el pasado año llegó a superar los 1.500 fallecimientos.

Sin embargo, y como referencia positiva, hay que resaltar que la supervivencia es cada vez más elevada y, en algunos casos, la esperanza de vida tras el impacto del cáncer ha llegado a ser muy alta gracias a los progresos en prevención conseguidos a través de las campañas de comunicación y visibilización de estas enfermedades y, fundamentalmente, por los avances en el diagnóstico precoz de algunas de ellas, como ocurre en el caso de los controles del cáncer de mama, o los cribados para la detección precoz de los de colon, cervix o pulmón. Y no cabe la menor duda que en breve, los conocimientos científicos y los progresos tecnológicos encontraran soluciones fiables y eficientes para conseguirlo en otros tipos de cáncer, hasta alcanzar el objetivo del 70% de supervivencia en el año 2030.

Pero los números estadísticamente presentados quedan envueltos en una bruma de frialdad que en muchos casos impide ver la dura realidad. Simplemente hay que subjetivar esos datos, o identificarlos en las personas que nos rodean, personas que tienen nombres y apellidos, que forman parte de nuestras familias, de nuestro grupo de amigos, o de la interacción social en la cotidianidad de nuestros asuntos diarios. Personas a las que les ponemos cara cuando se habla del cáncer y su incidencia y, sobre todo, cuando se asume que los pronósticos, en base a los resultados de evolución conocidos, advierten que uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres padecerá esta enfermedad a lo largo de su vida.

Por lo tanto, para conseguir esos objetivos en la lucha contra el cáncer, habrá que incidir en la prevención, poniendo un foco específico en alcanzar la primera generación libre del humo del tabaco, al ser éste el responsable del 30% de los casos de cáncer y del 90% del cáncer de pulmón; y erradicar los determinantes sociales culpables de la desigualdad en salud; incrementar y fomentar los programas de cribado, garantizando el acceso generalizado; y continuar incrementando e impulsando la investigación oncológica con un Plan estratégico nacional que incremente la inversión en proyectos para el estudio de los diferentes cánceres de forma equitativa y acorde a las necesidades del cáncer en nuestro país, asegurando que el paciente pueda acceder de manera efectiva a los resultados que de ella se deriven con el logro de nuevos medicamentos y en el desarrollo de una medicina de precisión.

Solamente se podrán conseguir esos objetivos si se logra un gran pacto en la lucha contra el cáncer, en el que asuman el compromiso las entidades, instituciones, sectores empresariales, administraciones públicas y partidos políticos. La Asociación Española Contra el Cáncer ya está movilizada a través de su campaña «Todos contra el cáncer», considerada como un Acontecimiento de Excepcional Interés Público (AEIP), distinguido como tal por el Gobierno de España al amparo de los Ministerios de Hacienda, Función Pública y Sanidad hasta 2024, con iniciativa liderada por la propia Asociación Contra el Cáncer. Y siempre al lado de los pacientes y familiares, paliando sus necesidades clínicas y apoyando activamente en la proyección psicológica y social de esta enfermedad. La sociedad leonesa es plenamente consciente de esta problemática y su ayuda ha sido, es y será un ejemplo de unión en la lucha contra el cáncer.