La desmemoria histórica
No todo vale en política. El último pleno celebrado en San Andrés del Rabanedo aprobó la aberración de erradicar la calle y la placa de Rodolfo Martín Villa para homenajear a la primera médico leonesa, Justina González Morilla, cuyos méritos ni mucho menos desdeñamos. Una propuesta presentada por Izquierda Unida, Podemos y UPL a la que se sumaron sin pestañear Ciudadanos y el PSOE. Un engaño, una patraña, un fraude democrático, que dejó al descubierto las intenciones de la alcaldesa de San Andrés del Rabanedo, Camino Cabañas, tergiversando la historia que ella tan bien debería conocer. Y ello con el único fin de conseguir a cualquier precio lo que sus socios pretendían, dejando en evidencia su desconocimiento más absoluto de la Ley de Memoria Histórica. Martín Villa no fue ministro franquista ya que fue nombrado en 1975 ministro de Relaciones Sindicales en el primer gobierno de Arias Navarro.
Martín Villa fue ministro de España, clave en la transición y Padre del Título VIII de la Constitución. Tuvo que hacer frente a la violencia practicada por diversos grupos terroristas como ETA o Grapo. Con él, el Cuerpo General de Policía y la Policía Armada fueron reconvertidos en el Cuerpo Superior de Policía y en el Cuerpo Nacional de Policía, respectivamente. Formó parte del gobierno de Adolfo Suárez a quien el Ayuntamiento de San Andrés reconoció su valía otorgándole el nombre de la plaza consistorial.
La redacción literal del artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica del 2007 hace referencia a los símbolos y monumentos públicos. En su párrafo 1 dice que «Las administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos y menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura». Para continuar en el párrafo 2 con «Lo previsto en el apartado anterior no será de aplicación cuándo las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados o cuándo concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley».
Martín Villa trabajó con determinación, honradez y destreza en la transición, junto a otros, hasta conseguir llevar a España hacia la democracia
La Ley de Memoria Histórica no hace referencia alguna a los argumentos esgrimidos por la alcaldesa de San Andrés que, a mayores la incumple porque cualquier modificación en estos símbolos debe llevar aparejada el inicio de un expediente y la tramitación pertinente dando audiencia y evidenciando las razones que así lo motivan. Nada de esto se ha hecho en San Andrés. Me pregunto qué exaltación del franquismo y la represión se le puede atribuir a una persona que fue clave para la Transición, es el padre del Título VIII de la Constitución Española y se le coloca la placa en 1978 en el barrio de Pinilla.
Rodolfo Martín Villa trabajó con determinación, convicción, honradez y destreza en la transición española, junto a otros, hasta conseguir llevar a España hacia la deseada democracia. Lucho en una época dificilísima por las libertades y contribuyó al desarrollo del novedoso título VIII de la Constitución Española, aplicando el principio de solidaridad entre las regiones, siempre en la búsqueda del interés general y no el particular. Lo contrario de lo que hacen los grupos políticos de izquierda en el Ayuntamiento de San Andrés, con la connivencia de UPL, dónde todo el que piensa distinto está equivocado. PSOE, Podemos, IU y UPL son maestros en saltarse hasta la historia para poner a los ciudadanos al servicio de su ideología, dejando a la luz sus intereses particulares repletos de sectarismo ideológico.
El PP de San Andrés es diferente. Nunca votaría a favor de quitar el nombre de una calle que reconociera a D. Gregorio Peces Barba, D. Francisco Fernández Ordoñez, D. Jordi Solé Tura, (todos como vera pertenecientes al PSOE O PCE) porque, en unos casos, ocuparon puestos de responsabilidad en una joven Democracia Española. O en otros, porque fueron los padres de la Constitución, en la que, está claro los partidos de izquierda no creen.
El PP respeta a las personas que defendieron a España desde sus planteamientos, pero con una buena intención con independencia de sus ideologías. PSOE, IU, Podemos y UPL, con una decisión que roza la ilegalidad, dejan muy claro que son sectarios e irrespetuosos con los que piensan distinto.