Diario de León

Margarita. ¿Mantener o corregir los errores?

Publicado por
David Díez Llamas, sociólogo
León

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En el punto de partida tenemos una posición común. Tanto usted como yo discrepamos con el mapa de las autonomías que diseñó Martín Villa. Los dos consideramos que en el mismo debía de haber un reconocimiento a una de las regiones con mayor abolengo de España, la Región Leonesa. En sus recientes declaraciones, la candidata del PP al Ayuntamiento de León dejaba muy claro que en ese momento usted hubiera apostado por el reconocimiento de una autonomía leonesa.

En base a todo ello, los dos consideramos que se cometió un error (y una injusticia) olvidando que en ese mapa se incluyese la autonomía leonesa. Además ese proceso se llevó a cabo sin el consentimiento de los leoneses y contra la voluntad de la gran mayoría de ellos. Incluso cabría decir que hoy en día son inexistentes los que pudieran considerar idóneo para los leoneses el actual marco autonómico.

¿Permanecer en el error o corregirlo? En lo que ya discrepamos es que usted es partidaria de «permanecer en el error» y yo abogo por la necesidad de «corregirlo».

Usted propugna «paciencia» y «resignación» para seguir adelante con un marco autonómico no deseado (por usted tampoco). Es lo que yo he llamado en alguno de mis artículos la defensa del «Reino de los cementerios». En ese sentido cree que hay que asumir la situación actual como algo irreversible (la propia muerte) y ser obediente al poder y las instituciones.

Algunos sin embargo pensamos que «los errores no caducan» y que cuando algo está mal habrá que poner los medios para corregirlo. Imaginen a alguien que padece una enfermedad y en vez de poner los medios para atajarla, le dicen que simplemente asuma que la tiene, que aguante los padecimientos y que «no hay remedio». Frente a ese «Reino de los cementerios» otros defendemos un Reino de León vivo y pujante (que no sólo sea una referencia en los libros de historia).

Las consecuencias: Este apartado podría llenarlo con cifras y datos a los que usted dice ser muy aficionada. Claro el riesgo sería aburrir demasiado a un lector que ya seguro que está convencido que a León no le ha ido bien en este marco autonómico. Así que trataré de centrarme en los fundamentales.

En el caso de León y la Región Leonesa. En 1983 la provincia de León superaba a la de Valladolid en +38.809 habitantes. En el 2020 la de Valladolid superaba a la de León en 61.575. Ello se debe a que en ese período de tiempo la provincia de León perdió -67.298 habitantes y la de Valladolid ganó 33.086. Claro, somos muchos los leoneses que pensamos que eso no es casual y se debe a la propia configuración de ese marco autonómico.

La Región Leonesa representaba en 1983 el 43,17% de la autonomía de Castilla y León y la Región Castellana el 56,83%. Pues bien en el 2020 la Región Leonesa ha pasado a representar el 40,06% y la Castellana el 59,94%. Pero es que incluso a nivel del conjunto de la autonomía tampoco le ha ido bien. En 1983 representaban el 6,8% de los habitantes de España y en el 2020 el 5,07%.

En cuanto a España, Martín Villa propicia la creación de la autonomía de Castilla y León como un «dique de contención» contra los nacionalismos de Cataluña y del País Vasco. Para ello cuenta con el apoyo que desde Valladolid le prestó en su día Peces Barba.

¿Ha sido eficaz este marco autonómico para conseguir el objetivo que perseguía Martín Villa? Uno diría que evidentemente no. Para empezar hemos asistido a intentos muy serios para alcanzar la independencia de Cataluña. Contrasta esa situación con algo que yo he vivido en primera persona. Era el año 2000 y estando en esa ciudad durante la celebración del día de la Constitución española pude ver como los autobuses municipales circulaban con las banderas de España y de Cataluña en sus espejos retrovisores. De esa situación se ha pasado a que en muchos edificios cuelguen banderas independentistas. El modelo de Martín Villa también ha fracasado en eso.

Entrando en datos tenemos que en 1977 había 24 escaños del nacionalismo periférico mientras que hoy son 42. Los datos tampoco parece que apoyen que la creación de Castilla y León haya contribuido a «ser dique de contención» de esos nacionalismos periféricos.

Otra cosa que no entiendo es esa distinción que usted establece entre El Bierzo y León (cuando alguien nacida en La Bañeza dice que es 75% berciana y 25% leonesa). ¿Es que para usted El Bierzo no es León?

En fin considero que para empezar un camino de recuperación hay que atajar las cosas que están mal. No permitir que el daño siga avanzando. Puede ser que el camino sea largo, pero nada es inamovible. La democracia se asienta en la voluntad de las personas. Cuando la ley es contraria a esa voluntad lo que hay que hacer es cambiar la ley. No vale promover el inmovilismo.

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