Las mascotas también tienen sus exigencias

Para muchas personas es fundamental la presencia de una mascota en su vida. Hacen mucha compañía y dan mucho cariño. Su presencia tiene efectos realmente positivos en muchas personas con problemas de movilidad. Los beneficios de las mascotas en muchos hogares son incuestionables. Pero la existencia de esas mascotas y en especial de perros también tiene sus exigencias. Y vienen marcadas por las propias limitaciones que plantea la vida en sociedad. El respeto hacia los demás es fundamental en todos los casos y eso es lo que provoca que existan reglamentos y ordenanzas para delimitar cómo debe ser la convivencia entre las personas y los animales de compañía en las ciudades.

La presencia de excrementos de perros en las calles es intolerable. Los dueños de los animales deben cumplir con las exigencias establecidas y tienen que retirar los excrementos de las aceras y parques porque para nadie es agradable encontrarse lo que allí ha quedado abandonado . En algunas zonas ajardinadas de la ciudad la acumulación de excrementos incluso provoca problemas de malos olores que los vecinos y transeúntes no tienen porque soportar. Es un problema de educación, de higiene y de limpieza en el que el único que no tiene responsabilidad es el propio perro.

Las multas son un mal necesario. En el caso de los perros también. Son cada vez más los que cumplen y retiran los excrementos pero como en tantos otros asuntos unos pocos hacen mucho daño.