Diario de León

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La verdad, ha sido como una exhalación, como un cometa, como una estrella fugaz que atraviesa el firmamento, llamando la atención, pero que llega un momento que se desvanece y se esfuma. El nacimiento, el desarrollo, las vicisitudes vividas y la repentina desaparición, del personaje de que se trata, ha tenido su vida, su historia pero cuando ha desaparecido, nos está pareciendo que nunca existió. Esas cosas suceden dada la velocidad con la que transcurren los acontecimientos.

¿Era necesaria toda la parafernalia y todos los efectos especiales para, al final, desaparecer casi sin decir ni mu? No lo creo. Sin embargo es exactamente lo que ha ocurrido. Fue nacer un 15-M en la Puerta del Sol, de Madrid, desarrollarse a lomos del escándalo, las mentiras y las vociferaciones y, digámoslo con honradez, situarse como algo nuevo, desconocido con un punto canalla y cayendo en tierra abonada para que esa semilla diera su fruto.

Un tipo de gente, principalmente gente joven y otros que se sentían jóvenes, eran su objetivo favorito. Ambos grupos necesitaban de algo nuevo que rompiera la situación de rutina cansina en la que se movía la sociedad, una parte de la sociedad española, quién, a pasos de gigante, dieron su placet a ese movimiento que, sin darnos apenas cuenta se convirtió en partido. Primero fue Podemos, después Unidos Podemos, más tarde Unidas Podemos, y, claro está, con las sucesivas escisiones que se iban subiendo al carro.

Y así, nuestra sociedad comienza a vivir un auténtico calvario de extraños comportamientos de los recién llegados al Gobierno y que continuamente están dando lecciones de democracia

Transcurrió un tiempo y ese partido, con enorme carga populista, se deja querer e impone sus principios y teorías y piano, piano, no sin enormes esfuerzos de entendimiento con la propia izquierda dominante, logra hacerse un hueco en el mismísimo gobierno de España, no solo para su líder, sino para otros cuatro miembros, o miembras o vaya usted a saber qué.

Y así, nuestra sociedad comienza a vivir un auténtico calvario de extraños comportamientos de los recién llegados al Gobierno y que continuamente están dando lecciones de democracia. No se les apea esa palabra de la boca. Ellos son los inventores de la democracia, faltaría más, amparados por el propio Presidente que, primero, no podía dormir teniéndolos cerca y después practicaba el silencio cuando se alejó el líder de su vera. Coincidió todo este episodio de la llegada de los nuevos, con la maldita llegada de la pandemia que tan mal, tan desastrosamente mal ha tratado a la ciudadanía. Y la sigue tratando.

Nuestro hombre, repentinamente presenta su dimisión como Vicepresidente segundo del gobierno de España, y se afana a defender a la izquierda en las recién convocadas elecciones a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Eso lo arregla él en dos patadas y organiza el circo de la campaña electoral para destronar a la Sra. Ayuso quien es acusada hasta de la muerte de Manolete. Aquí vale todo.

El resultado es algo ya conocido y celebrado por la mayoría de los votantes que acudieron a las urnas. Bien es cierto que sin fiarse ni un pelo, de los resultados que adelantaba el CIS, y que dirigía ese genio de las encuestas llamado, como se llame. ¡Qué enorme ridículo y que dinero mal empleado pagando a ese señor que dirigía los estudios y las encuestas!

Otra vez nuestro personaje vuelve a la palestra y anuncia su retirada de la vida política ¿será capaz? Se hace de nuevo el silencio y, por sorpresa como casi todo lo que hace, aparece una foto donde el macho Alfa se ha cortado la coleta.

O sea que todo este número de las declaraciones fuera de tono, de los insultos a diestro y siniestro, del destrozo de la tarjeta del móvil de su secretaria, de decirle a un diputado que cerrara la puerta al salir del hemiciclo, de hacer que se nombre a su mujer ministra de nada que no vale para nada, de mirar por encima del hombro a Cayetana Álvarez de Toledo cuando le dijo, porque era cierto, que él era hijo de un terrorista, de ir mal vestido para asistir a un Parlamento (¿alguien ha visto un caso parecido en Europa o en el mundo?), después de todo eso, va y se corta la coleta.

Hombre esas cosas no se hacen. Al menos de esa forma, aunque ya sabemos que esa gente va en contra de todo lo establecido.

Roguemos que que esta coleta cortada signifique lo que significa para los toreros. Adiós definitivo. Aunque muchos toreros, después de cortársela, vuelven...

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