Diario de León

HOJAS DE CHOPO

El traje gaucho es maragato

Publicado por
ALFONSO GARCÍA
León

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La presencia maragata en el mundo no solamente es incuestionable, también de una proyección que, vista hoy desde la perspectiva de la evidencia y la objetividad, necesitaría un rastreo sistemático en profundidad. Una vez más, hay que decir que a la emigración leonesa le faltan aún muchos capítulos por escribir.

El carácter maragato por recorrer el mundo le condujo a la arriería, y también a la emigración, especialmente esta, de forma masiva, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, y, en el caso de América del Sur, hacia Uruguay y Argentina fundamentalmente. Como testimonio curioso, en el primer caso, el tango de Gardel «Maragata», adjetivo sinónimo, como ejemplificador, de belleza.

En el caso argentino es paradigmático el caso de Carmen de Patagones, ciudad fundada (1779) por una expedición que mandaba el astorgano Juan de la Piedra y en la que figuraba el célebre piloto Basilio Villarino: allí se asentaron muchas y distinguidas familias maragatas. «Ciudad maragata» sigue llamándose aún hoy, y «maragato» es su gentilicio. La prensa argentina destacó esta y otras permanencias en abril de 1979, con motivo del bicentenario de la fundación de la ciudad. En esos dos siglos merecería la pena recorrer infinidad de historias personales llenas de valor protagonizadas por aquellos primeros maragatos y sus descendientes.

Es conveniente leer La novela de la Patagonia , del astorgano Ignacio Prieto del Egido, felizmente recuperada recientemente, en la que cuenta su propia peripecia vital por aquella región argentina. Y es que, al parecer, según se desprende de sus anotaciones, los maragatos no solamente se asentaron en la Patagonia. También en la Pampa, regentando prioritariamente pulperías y boliches. Esta circunstancia los convirtió en muy conocidos y populares. No tiene nada de extraño el hecho de que algunos historiadores llamasen la atención de Enrique Larreta sobre la semejanza del traje gaucho y maragato. El escritor argentino, después de estudiar la sugerencia, confirmó que el traje maragato masculino era el modelo que sustentaba al gaucho. Como anota Heriberto Cordero, «el traje varonil ‘gaucho’ procede del maragato que, cómodo para la arriería, lo era para el vivir y el galopar de la Pampa. En él las mismas ‘bragas’, más largas y anchas en el gaucho; el mismo ancho cinto; la misma ‘almilla’ hecha blusa; las polainas y el propio amplio sombrero con borlas episcopales, todo de más amplitud en el gaucho que en el maragato por ser más dinámica la actividad de la Pampa».

Los gauchos, cuyo mundo es áspero y elemental, son los representantes de la vida libre en la Pampa. Quienes pretendan acercarse a ellos, la recomendación de dos lecturas: Lazarillo de ciegos y caminantes , de Concolorcorvo, y el ya clásico Martín Fierro , que consagró a su autor, José Hernández. Descubrirá un mundo lleno de fascinación.

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