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Localizan los restos de una víctima de la represión franquista en Fuentesnuevas

La exhumación se hará a finales de septiembre para ponerles nombre y entregarlos a su familia

Labores de búsqueda en el cementerio de Fuentesnuevas. DE LA MATA

Ponferrada

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José Aira del Valle y Dositeo González fueron asesinados en 1936. El primero, de Villafranca del Bierzo. El segundo, de Cervantes (Lugo). Ambos represaliados en los primeros momentos de la Guerra Civil y los dos enterrados fuera del perímetro del que entonces era el cementerio de Fuentesnuevas (Ponferrada), según la información que maneja la Asociación Sputnik Labrego que, hace unos días, inició los trabajos de búsqueda de los cuerpos y ha localizado uno. Completamente ladeado y con buena parte de la cabeza mirando hacia abajo. Así ha aparecido, en una fosa individual que se respetó en las obras posteriores de ampliación del cementerio. «No está enterrado, está lanzado a la fosa», afirmó el historiador y miembro del colectivo encargado de la búsqueda, Alejandro Rodríguez. No hay duda de que se trata de una víctima de la represión franquista, aunque la limpieza que se ha hecho de los restos es, de momento, superficial y lo único material que se ha encontrado es la suela de uno de sus zapatos.

La localización del cuerpo de este represaliado es uno de los primeros frutos del proyecto impulsado por el propio Ayuntamiento de Ponferrada para desenterrar la memoria histórica, dotado de momento con 60.000 euros de fondos íntegramente municipales a invertir en dos anualidades. Sputnik Labrego ya se encargó de elaborar un mapa con ‘Los lugares de la memoria’ en el que se han marcado más de 50 puntos relacionados con la represión franquista. Muchos son fosas comunes o individuales y uno de ellos era el cementerio de Fuentesnuevas. Ahora se ha constatado que la información era fiable. El siguiente paso será determinar la identidad de los restos encontrados.

«Ahora comienza otra fase en la que haremos los informes de prospección y tramitaremos los permisos a través de la Comisión Técnica de Memoria Democrática de la Junta de Castilla y León. Esperemos que a finales septiembre o principios de octubre podamos hacer ya la exhumación propiamente dicha. Luego, los restos serán estudiados en la Universidad de León por una antropóloga que hará un primer análisis y los perfiles genéticos para comprobar la identidad de esta persona y contrastarla con la de las dos familias que tenemos localizadas y con las cuales tenemos contacto directo» explicó Alejandro Rodríguez. Son dos nietas las que buscan a sus abuelos, aunque en uno de los casos todavía viven sus hijas y una hermana.

El fin último de este trabajo es devolver los restos a sus familiares. «Lo que estamos haciendo aquí es sacar a una persona, a una víctima, del lugar en el que sus asesinos decidieron dejarlo enterrado hace más de 80 años y que pueda regresar con sus seres queridos. Ese es el fin último de todo el trabajo», subrayó el historiador.

Hasta que se pueda iniciar la exhumación, el cuerpo será protegido con una malla geotextil cubierta directamente con tierra. «La malla lo protege perfectamente de la humedad y de cualquier posible alteración. No va a sufrir ningún tipo de daños», garantizó Rodríguez, que subrayó el hecho de que el cementerio haya crecido dejando libre la zona en la que estaba la fosa.

«Estamos realmente satisfechos y la pretensión es llegar a conseguir que el municipio de Ponferrada, por difícil que sea, llegue a ser un espacio libre de fosas. Mientras seamos equipo de gobierno, en todos los presupuestos que se aprueben va a haber una partida para este fin», afirmó el alcalde, Olegario Ramón, que también adelantó que el Ayuntamiento va a solicitar fondos de la Federación Española de Municipios (FEMP) para iniciar el trabajo de estudio y prospección en el cementerio de Carmen de la capital berciana, en el entorno del albergue de peregrinos.

«El cementerio del Carmen es ese lugar», dijo Alejandro Rodríguez, explicando que aquí el proyecto es «muy complejo» porque las fosas con represaliados conviven con enterramientos comunes. «Tenemos muy avanzada la parte de la investigación pero nos queda mucho por saber. Nos queda determinar los cuadrantes, cómo estaba organizado el cementerio y cómo estaban los enterramientos, sobre todo en el momento de cierre de cementerio. Aunque sabemos perfectamente que todavía hay restos ahí, tenemos que ser muy precisos», dijo el historiador.

Para ello se valdrán de la documentación propia del antiguo cementerio que está en el Archivo Parroquial de la Encina, recurrirán también al archivo municipal, buscarán testimonios más directos y también tirarán de vuelos americanos de entre los años 50 y 80 para determinar todos los movimientos que hubo en el cementerio.

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