Acerinox invertirá 10 millones en mejorar su factoría de Ponferrada
El presidente del grupo acerero lamenta la desigual aplicación del protocolo de Kioto Crónica: La calle del fundador La sociedad berciana
El homenaje al fundador de la factoría de aceros Roldán, Victoriano Muñoz Oms, sirvió ayer para que el grupo Acerinox renovara su apuesta por el futuro de las instalaciones abiertas hace 47 años en Santo Tomás de las Ollas y anunciara la inversión de 10 millones de euros en la modernización de los procesos productivos. El presidente de Acerinox, Victoriano Muñoz Cava, aprovechó el descubrimiento de la placa con el nombre de su padre en una de las calles de la pedanía ponferradina para asegurar que el grupo acerero consolidará las inversiones de 84 millones de euros realizadas en la última década con una nueva partida que evite la pérdida de competitividad. La fábrica dedicará el parón vacacional de este verano y el de las Navidades para instalar dos nuevas casetas en el tren de laminado, entre otras mejoras. «Si una fábrica no crece, muere», afirmó Muñoz Cava, después de recordar cómo la fábrica Roldán estuvo a punto de desaparecer en 1994, hasta que la entrada de Acerinox en el capital cambio el rumbo de la factoría. Acompañado por el alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco, el pedáneo de Santo Tomás, Carlos Fernández, el presidente del Consejo del Bierzo, Ricardo González Saavedra, y por el director general de Acerinox, Victoriano Muñoz Camus, de la tercera generación de la familia de empresarios, Muñoz Cava dejó claro que su padre nunca le hubiera permitido que la factoría Roldán, que emplea a casi medio millar de trabajadores y genera otros doscientos empleos indirectos, se vendiera para cerrase. La factoría ponferradina es hoy «la segunda planta de Europa en volumen», y no teme a la competencia de ningún país del continente, ni de Japón. Muñoz Cava sí advirtió de que la pujanza técnica y la mano de obra barata en China o Taiwan son la mayor amenaza. En este sentido, el hijo del fundador de Roldán lamentó que países como China, Rusia o Estados Unidos no hayan firmado el protocolo de Kioto. Su aplicación sólo en Europa «no tiene razón de ser, porque la industria cerrará aquí y se irá a otros países, con lo cual, el agujero de ozono seguirá». El presidente de Acerinox vaticinó un aumento de los costes energéticos por el protocolo de Kioto, aunque estimó que en España, su aplicación «se está afrontando razonablemente».