La gira de Laya irrita a Maduro y tensiona la relación con Venezuela

La visita realizada el sábado por la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, a la frontera entre Colombia y Venezuela elevó la tensión entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y el régimen de Nicolás Maduro.

La jefa de la diplomacia española enmarcó su presencia en Colombia como una aportación en «la búsqueda de una mejor vida» de los miles de venezolanos que han decidido cruzar al país vecino. Al otro lado de la frontera, Maduro describió el viaje como una «agresión e intromisión» hacia los asuntos internos de Venezuela y puso bajo revisión «toda la relación» con España. «Ya basta de agresiones, se lo advertimos al Gobierno de España a tiempo», avisó el dirigente.

Maduro, que exigió la salida inmediata de la titular de Exteriores de América Latina, se refirió también a la «doble cara» mostrada, en su opinión, por González Laya al defender el diálogo con Venezuela mientras apoya el Ejecutivo colombiano antes de lanzar un nueva advertencia al Estado español. «Vamos a responder de manera contundente —remarcó el presidente— cualquier agresión que venga, sea de palabra, sea de acción, sea diplomática, sea política».

La ministra quitó hierro a las amenazas vertidas y defendió su visita al paso fronterizo de Cúcuta como algo normal dentro de su viaje para conocer de primera mano los proyectos de cooperación para migrantes financiados por España. «No estoy aquí para criticar o dar lecciones a Venezuela. Estamos para dar una respuesta» a la crisis migratoria, aseguró González Laya, que reclamó a Maduro el mismo «respeto» que ella ofrece. «Yo he visitado Colombia dentro del respeto a este país y a todos sus vecinos, y el mismo respeto que yo predico es el mismo respeto que yo exijo ni más ni menos», remarcó anoche antes de coger el vuelo de regreso a Madrid.

Fricciones con la UE

La visita de la ministra de Exteriores estuvo precedida por las fricciones entre Caracas y Bruselas. Maduro decidió expulsar a la embajadora de la Unión Europea, la portuguesa Isabel Brilhante, ante las nuevas sanciones adoptadas por Bruselas. Los Veintisiete, en represalia, declararon persona ‘non grata’ a la embajadora de Venezuela ante la Unión Europea. «Qué duda cabe que romper puentes, cortar diálogos, expulsar a nuestros diplomáticos, no ayuda en esa labor de diálogo», razonó González Laya durante su gira colombiana al reafirmar que el Gobierno de Sánchez apuesta «por el diálogo para solucionar el conflicto político en Venezuela».

Este incidente abona además la tensión que ya soporta la relación entre España y Venezuela después de que el líder opositor Leopoldo López huyera del país a finales de octubre y se asentara en Madrid, junto a su mujer y sus hijos. El Gobierno de Maduro acusó al entonces embajador español en Caracas, Jesús Silva —que acogió a López durante casi un año y medio en la delegación diplomática—, de haber ayudado a huir al opositor, que está condenado a casi catorce años de prisión.

No es el único representante español en el punto de mira del régimen chavista. La semana pasada, Venezuela amenazó con expulsar del país a Juan Fernández Trigo, antiguo embajador en La Habana y encargado también de negocios del Gobierno en Caracas, si reincide en sus críticas al Ejecutivo de Nicolás Maduro.