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Una iniciativa con premio

De Camino de la Felicidad a monolito

Villaquilambre recoge los 200 kilos de piedras que decoraron los niños del municipio para alegrar el confinamiento y las convertirá en monumentos

El primer Camino de la Felicidad se creó en Villaobispo de las Regueras junto a las piscinas. RAMIRO

León

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Los Caminos de la Felicidad que crearon los más pequeños de Villaquilambre con sus piedras personalizadas al relajarse el confinamiento y poder salir a pasear gozarán de reconocimiento municipal. El Ayuntamiento recogió ayer más de 200 kilos de las obras artísticas que depositaron de forma espontánea los niños durante los momentos más duros de la pandemia para construir con ellas dos monolitos.

Todas las piedras dibujadas y con frases inspiradoras que abrieron una senda de la felicidad se aprovecharán para colocarlas de forma vertical sobre una plancha de hormigón en el parque del Cardadal de Navatejera y en el de la casa de cultura de Villaobispo a lo largo del mes de agosto. Los dos monolitos dispondrán de una placa conmemorativa.

El Ayuntamiento de Villaquilambre ha decidido efectuar «un esfuerzo por conservar una de las iniciativas más bonitas que se han registrado en el municipio» durante la crisis del Covid-19. El equipo de Gobierno entiende que «es el mejor de los recuerdos a los momentos difíciles que se han sufrido».

El concejal popular Mario Valladares recuerda que fueron «muchas las muestras de solidaridad de los vecinos de Villaquilambre durante la pandemia y los Caminos de la Felicidad fueron una de ellas. Los más pequeños nos dieron una lección y creemos que una iniciativa de este tipo, que nos trajo un poco de alegría entre tantas malas noticias, no podía caer en el olvido».

Los dos monolitos que se van a confeccionar con las piedras «felices» son sólo uno de los homenajes en los que está trabajando el Ayuntamiento, que también quiere mostrar su solidaridad con los vecinos que sufrieron la enfermedad y con los que ofrecieron su ayuda. Villaobispo fue la primera localidad en sumar un Camino a la Felicidad que alcanzó más de cien metros alrededor de las piscinas municipales y que impulsaron Mónica Santamarta (Mony Monito en redes) y su hija. Desde su cuenta de Instagram animaron a otras personas a iniciar un sendero similar con piedras decoradas en su barrio o en su pueblo. De hecho, en la otra gran población del municipio de Villaquilambre, Navatejera, también de forma espontánea alguien colocó un cartel para construir un Camino de la Felicidad en la zona de los Mancebos. El Ayuntamiento aprecia la peculiaridad de estas iniciativas y conservará los senderos de piedras dibujadas aprovechándolas en monolitos.

Los más pequeños también adornaron La Candamia y La Lastra, dos lugares frecuentes de los paseos que se permitieron a los pequeños tras semanas de encierro. Los caminos crecieron con bastante expectación y curiosidad en un intento de que las piedras convertidas en obras de arte infantil «nos llenen de alegría al verlas al volver a pasar», explica una participante. Incluso en la urbanización Las Acederas de Ribaseca y en Villa de Soto han fabricado sus propios Camino de la Felicidad para que todos los caminantes pudieran ser un poco más felices gracias a estas pequeñas piezas de arte.

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