Los regantes reclaman el uso del 25% de energía de centrales hidroeléctricas de los embalses leoneses

No tienen ninguna confianza en que el Gobierno dé una solución al ‘tarifazo eléctrico’ que ha duplicado en los últimos años el coste de la electricidad para el regadío. Por ello, la Asociación de Comunidades de Regantes con Aguas de la Cuenca del Esla, Aresla, reclamará a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) que les permita disponer de la energía reservada de las centrales hidroeléctricas que operan en los embalses leoneses. Se trata, según señala el presidente de Aresla, Matías Llorente, de un porcentaje del 25% de la producción eléctrica de las centrales, que queda reservada para que la administración haga uso de ella y que podría repercutir de forma directa en el abaratamiento de costes de electricidad en el regadío.

La asociación, integrada por las comunidades de Regantes de Payuelos, Páramo Bajo, Margen Izquierda del Porma, y Ribera Alta del Porma, que representan a 25.000 regantes, ya ha pedido reuniones con el presidente de CHD, José Valín; la consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, y el subdelegado del Gobierno en León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, para plantearles esta cuestión. Llorente asegura que, hasta el momento, los regantes desconocen qué finalidad se le está dando a esa producción por parte del organismo regulador del cuenca, que es la administración a la que le corresponde gestionarlo, o si ni siquiera está reclamando a las centrales la energía reservada.

 

Preferencia de consumo

Para Aresla, «los regantes deberían tener legalmente toda la información sobre la energía reservada y el uso que se hace de ella, especialmente de las centrales hidroeléctricas construidas como aprovechamiento secundario de embalses y canales destinados al regadío, y por esa vía establecer una preferencia en consumo y precio» y, por ello, ha incluido esta reivindicación en las alegaciones que ha presentado el colectivo al segundo ciclo de la Planificación Hidrológica 2015-2021. Defienden que los embalses se construyeron para regar «y sólo después, de manera colateral, se concibió el aprovechamiento hidroeléctrico» y denuncian que están pagando el kilovatio hidroeléctrico «producido prácticamente gratis, a precio de kilovatio más caro, el de una central de ciclo combinado que quema gas de Argelia o de Rusia».

Entre sus aportaciones, los regantes esgrimen que tienen «argumentos legales para decir que el precio de la electricidad producida con el agua de un embalse construido para regar no puede convertirse en una carga insoportable para el riego» y que la Ley de Aguas establece «el uso preferente del agua en la agricultura sobre el de producción eléctrica».

«Hemos realizado inversiones muy fuertes en la modernización de regadíos y la aplicación del ‘tarifazo’ ha sobrepasado las previsiones de la financiación», asegura el presidente de Aresla que pone de ejemplo la actuación de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que ya ha puesto en marcha los mecanismos legales a su alcance para reclamar y utilizar la energía reservada. «Si lo hace la del Ebro también lo puede hacer la del Duero», afirma Aresla.

Actualmente el incremento del coste es independiente del consumo real de energía. «Nos obligan a pagar por término de potencia aunque se consuma muy poco o no se consuma nada durante la mayor parte del año», señala la asociación en sus alegaciones, en las que añade que «las comunidades de regantes venían haciéndole un favor al sistema eléctrico porque consumían electricidad en horas nocturnas y en fin de semana cuando no había demanda de energía». Muy al contrario, «en lugar de reconocérselo y premiar a los regantes, las nuevas regulaciones se han ensañado con ellos».