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LEONESAS DE AYER Y HOY. MARGARITA DE COS BLANCO

«Hacen falta mujeres en puestos ejecutivos altos»

raquel p. vieco

Publicado por
León

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ana gaitero | león

Margarita de Cos Blanco (León. 1951) es una leonesa universal y una alta ejecutiva pionera en un mundo de hombres que abre el camino a otras mujeres como chairwoman del Global Summit of Women para España.

Acaba de alcanzar la edad oficial de jubilación pero sigue en la brecha al frente de la sección de grandes donantes de la oenegé WWF. Un «broche de oro» a una trayectoria que comenzó como consejera delegada de una pequeña empresa que fundó en Ciudad Real y continuó como responsable de inversiones extranjeras en un bufete de abogados de Barcelona.

En Cataluña, donde menos lo esperaba porque sabía alemán e inglés, pero no catalán, dio su gran salto profesional al ser fichada como responsable de desarrollos energéticos (cogeneración, hidroeléctricas y renovables) de Fecsa. Una empresa de 4.000 trabajadores en la que Margarita de Cos era la única mujer en la cúpula directiva. «Nunca me sentí rara, creo que a ellos les cuesta más acostumbrarse porque hay un estereotipo», señala.

Pasó de estar rodeada de ingenieros a codearse con generales cuando le ofrecieron ser directora general de la Fábrica Española de Confección S. A. (otra FEC.SA). Una decisión que condicionó el traslado de la familia a Madrid tras sus pasos. «Primero yo seguí a mi marido y después él me siguió a mí», afirma. Se muestra orgullosa de que en su casa siempre ha habido reparto de tareas, una de las asignaturas pendientes, subraya, del siglo XXI: «Incorporar a los hombres al mundo doméstico», añade.

Con 22 años, recién casada y con una niña en brazos, el matrimonio de Margarita de Cos y Manuel Arroyo, ambos leoneses, decidió irse a Canadá. Querían formarse. Allí nació su segundo retoño y consolidó la vocación por la economía —es licenciada en Ciencias Políticas— con un máster en la Carleton University de Ottawa.

La mujer que de niña jugaba en los jardines de La Condesa y estudió en las Teresianas, en León hasta los 14 años y luego en Madrid, sacó los dos últimos cursos de Políticas en un solo año para cumplir sus aspiraciones vitales. «Me quería casar y mis padres me aconsejaron que terminara la carrera», confiesa.

Cuando regresaron a España eligieron León, la ciudad natal de ambos, para instalarse, pero la primera oportunidad laboral les llevó a Ciudad Real y luego a Barcelona. Corrían los primeros años 80 cuando entró a trabajar en el bufete Soler Padró de Barcelona como coordinadora del departamento de Inversiones y Sociedades Extranjeras. En aquel tiempo, los países de Centroeuropa y particularmente Alemania querían invertir en España.

Desde este puesto, Margarita de Cos conoció a fondo el perfil de los consejos de administración. «A veces se habla de mujeres florero, pero yo fui a muchas reuniones de consejos donde tan solo dos personas sabían de lo que hablaban», comenta.

Tiene una mochila vital y profesional cargada de experiencias y ha viajado por medio mundo. Desde que en el año 2000 contacta en Barcelona con el Global Summit of Women no se ha perdido ni un encuentro de esta plataforma que trabaja por el empoderamiento de las mujeres a los más altos niveles de la política y el mundo económica. Vietnam, Chile, Beijing, París, Sao Paolo y Varsovia... y en mayo Tokio son algunos de los lugares que ha visitado.

Siempre recuerda las dos lecciones americanas que aprendió durante su etapa en Canadá y Estados Unidos, pues también vivió en Washington una temporada. «La primera, la tolerancia —somos distintos pero no mejores ni peores— y la segunda que siempre se puede empezar de nuevo». De Norteamérica trajo también una firme defensa de las cuotas como mecanismo «para abrir el paso a las mujeres que no para mantenerlas» los puestos de decisión. «Gracias a esas medidas que tomaron en los años 70 empezaron a entrar mujeres, negros y minusválidos» en las cúpulas de la empresas y la política, sostiene. No entiende que haya mujeres contrarias a las cuotas: «No garantizan la permanencia, sino el acceso», asegura.

Una asignatura pendiente en los consejos de administración en España, con unos niveles muy bajos de participación femenina (no llega al 20%). Margarita de Cos siempre ve el lado positivo: «La polémica ha favorecido que ahora tengan que explicar por qué no hay mujeres en ciertas empresas o que en el Ibex 35 ya no haya ninguna sin mujeres, pero en Francia aprobaron las cuotas y ya son más del 30%», aclara.

En todo caso, añade, «los consejos de administración son la punta visible del iceberg. Hacen falta mujeres en puestos ejecutivos altos», subraya. Y para ello. advierte, hay que desterrar mitos como que las mujeres «no quieren, no saben o no pueden».

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