una bolera vaqueira
Palacios del Sil es el único municipio de Bierzo en el que se juega al bolo vaqueiro, importando de la vecina Asturias y también practicado en Laciana. Dispone de una bolera tradicional abierta al público y cuenta con un equipo que juega en la liga asturiana. 16 bolos de madera de jatoba y una bola, preferiblemente de encina, bastan para abrir juego. La suerte depende de la maña del jugador
Y a los bisabuelos de los jugadores actuales se esparcían echando una partida a los bolos en la plaza del pueblo o junto a la iglesia un domingo cualquiera, un festivo o durante las fiestas patronales. Entonces, el premio era una jarra de vino que pagaba el equipo perdedor o, en las fechas más señaladas, hasta un cordero vivo. En pueblos como Valseco o Primout, en la comarca del Bierzo, este juego autóctono sigue siendo una tradición arraigada especialmente visible durante los festejos locales; pero en Palacios del Sil, los bolos han adquirido otra dimensión y asimilado las características del suroccidente asturiano. En este pueblo del Alto Sil —con bolera tradicional abierta durante todo el año— se juega al bolo vaqueiro. Su cercanía al Principado y su vínculo histórico con Laciana han permitido extender la afición por este juego hasta el punto de contar con equipo propio que se bate semanalmente —desde abril hasta octubre— con los equipos de la liga asturiana.
El bolo vaqueiro que se juega en Palacios difiere bastante del leonés. Quienes lo practican, como David Fernández, aseguran que es mucho más divertido. Se juega con 16 bolos en lugar de nueve y dos rayas en vez de una. Los bolos que superen la primera línea (a 15 metros del lugar que ocupa el jugador) cuentan diez puntos y si sobrepasan la segunda serán 20 (diez metros más abajo que la raya del diez).
Como todo, el bolo vaqueiro tiene también un lenguaje propio. Así, la ‘poya’ es el nombre que recibe la piedra en la que se sitúa el jugador para tirar la bola, elaborada con madera dura —la encina es la mejor— y conservada en agua o bajo tierra para evitar que se rompa al impactar contra el suelo. La ‘llábana’ es donde se arman los 16 bolos de madera de jatoba y ‘quemar’ o ‘acochar’ es el nombre que recibe la acción al no superar la raya del diez.
Hace aproximadamente una década que el Ayuntamiento de Palacios del Sil abrió su bolera tradicional, convirtiéndose no sólo en un lugar de esparcimiento para los seguidores de esta disciplina, sino también en un polo de atracción turística por el que mucha gente de Asturias llegan al municipio para arropar al equipo que al que le toque jugar en su terreno. David Fernández, Eloy Leiguarda, Javier Fernández, Vicente Merillas, Abel González, Óscar Ramos y Gerardo Otero son los siete integrantes del equipo de bolo vaqueiro de Palacios, un juego que requiere como mínimo cuatro jugadores.