Preocupados
¿ Cuál es su actitud ante lo que le pasa? ¿Es una persona proactiva o reactiva? Es decir, ¿se ocupa de lo que depende de usted? ¿O más bien suele darle vueltas a lo que no? Pues ahí está una de las claves del éxito, porque si es proactivo es mucho más probable que consiga sus objetivos.
Hay personas que se pasan el día en modo preocupación: obsesionadas con un problema, dándole vueltas a lo que no está en su mano, dejando que su mente tome las riendas como un caballo desbocado y quejándose sin poner los medios para cambiar. Pero las soluciones no suelen aparecer cuando le damos vueltas a algo en plan obsesivo, además de que preocuparse por lo que no sabe si va a ocurrir no le protege ni le hace más efectivo para resolverlo en caso de que ocurra. De hecho, cuando el ciclo de la preocupación se ha activado es mucho más difícil interrumpirlo que si simplemente se ocupa de no entrar en él. ¿Cómo? Primero, cambiando el foco lo antes posible y distrayendo su mente. Y, después, cuando ya haya dominado al caballo, haciendo una reflexión constructiva a cerca del problema que le ocupa. En primer lugar, preguntándose qué quiere conseguir y formulando un objetivo que sí dependa de usted. ¿Cómo quiere sentirse ante ese reto? ¿Qué necesita pensar para sentirse así? ¿A quién le puede pedir ayuda? ¿Cuáles serían los pasos a dar? Por ejemplo, si le hace una crítica constructiva a alguien, lo que sí depende de usted es cómo la hace (las palabras, el tono, el lenguaje no verbal, etc.). Y lo que no depende es cómo responde el otro.
Como ve, se trata de pasar del círculo de preocupación, lo que no puede controlar, al círculo de influencia, eso en lo que sí puede influir. Principalmente sus pensamientos, sus sentimientos, sus comportamientos, su actitud ante lo que le pasa y su respuesta.
Así que si quiere tener una actitud proactiva que le convierta en protagonista de su vida, que le enfoque en las posibilidades y le ayude a crear oportunidades, ocúpese de lo que está en su mano, y olvídese de todo lo demás.