Tronchos gordos
Desde el próximo 22 este será el año del Conejo para los chinos y arrimados o arrimadas a la suerte o mal fario de su horóscopo. Dicen sus agoreros que no será un conejito que vaya a traernos motivos de celebrar o chimpún con lereles en 2023 y que, en todo caso, será año de cambios y transformación, añadiendo que si tal y que si cual con su matraca mágica y literatura agorera como la que aquí destilan nuestros arúspices con sus cabañuelas astrológicas. Pero no son pocos los que atienden a estos catecismosy por ello deberían faenar con ese horóscopo chino los peones de Tezanos en el Cis y los comités electorales de los partidos que ya se las prometen diseñando su guerra para las dos trascendentales convocatorias electorales de las que se esperan vuelcos y correctivos. Y así ya se sueña con el Pp entrando en La Moncloa con Vox bien aferrado a su rabo... con el Psoe expulsado del paraíso tapándose las vergüenzas andaluzas y aún más las catalanas... con los Cs encaminándose al limbo de los injustos... con Unidas Podíais volviendo a la cocina a recetarse nuevos guisos o esperando de la prima Sumar un consumar aquello de que «a la prima se le arrima»... con la Colau apeada de corregidora por un Trías viejo alfil de Pujol... con Almeida fortificado bajo sacos terreros como la Cibeles en su día... y con la torera Ayuso revestida de Sissi emperatriz en traje chulapa (por cierto, el año del Conejo ¿tendrá que ser para ella de la Coneja como para Irene Montero lo será del Coneje con su «sí es un pué que sí» y un «no es un quetedén»?)...
Pero habrá que temer que el año del Conejo sea también año del Gato , ya que en no pocos lugares como Valderas al gato se le llamó de antiguo «conejo de tejao», lo mismo que dentro de poco se le llamará «liebre de sofá» si la cesta de la compra sigue escalando ochomiles mientras la España que canta y así sus males espanta se acordará del conejo más popular y melódico, el de la Loles, poniéndose a cultivar coliflores para poder guardarle al menos los tronchos gordos.