Diario de León

Alfonso García

La pasada legislatura

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Hay que situarse bien en la parrilla de salida. Como sea, que el asunto bien merece la pena, más en tiempos de ideologías débiles o desaparecidas. Hay otras razones de más peso y de más «pesos». No es asunto baladí, sino prioritario. Y una de las fórmulas al parecer más eficaces para llamar la atención de quienes deciden es el grado con que se arrea al contrario por parte de quienes aspiran a un buen puesto de salida. Y es que esta fauna más que a otra cosa se parecen a niños ñoños y caprichosos, con mucho respeto a los niños.

Uno de los recursos, muy débiles a mi juicio, con sus triquiñuelas, dobles intenciones y disparates, es el de «la pasada legislatura». Suele ser argucia de perdedores, que apelan a ella por haber formado parte de la misma. O mala parte, por una gestión a la que las urnas dieron la espalda en su momento. Algo tendrá el agua… Pero algunos, a pesar de la espalda, tercos, recalcitrantes y soberbios, reivindican permanentemente lo de la pasada («su») legislatura, como si detrás de ellos, el diluvio, precisamente ellos que han provocado tantos. Suelen ser los que piensan que el gobierno de cualquier administración, los gobiernos no pueden entenderse sin su presencia. Yo —primera persona de la apropiación—, nosotros o la nada, el caos. La alternancia del caos de estos salvadores de todos los naufragios, en una tierra en que cada vez hay más náufragos.

El asunto tiene una doble versión, siempre ventajista, naturalmente. Estos que apelan a la pasada legislatura perdida exigen —el lenguaje es siempre así, sin tregua a la prudencia y la humildad— que sus propuestas de entonces —uno nunca sabe qué propuestas—, apenas esbozadas o inexistentes, sean ejecutadas ahora por ser tremendamente cojonudas y salvadoras. Y si no es así es que los actuales mandatarios no tienen ni p… idea. Faltaría más. En el caso hipotético de que las cumpliesen, si es que hay algo para cumplir, el lío es igualmente monumental. Se ríen a mandíbula batiente y proclaman a bombo y platillo —frases hechas— que los de la actual legislatura no tienen ni una sola iniciativa, solo incapacidad absoluta y demostrada —apenas llevan dos semanas sentados en la bancada ganadora—, y que los roban las ideas y les copian los programas.

En este espectáculo del pim-pam-pum, uno no sabía que había tantas ideas y programas sobre el tapete. Siempre la sorpresa. Siempre los puñeteros despistes.

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