Diario de León

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El último de los partidos extramuros acaba de entrar en palacio. La vía por la que se institucionalizaron las ansias pequeñoburguesas de Podemos, con piscina, barbacoa y chófer a la puerta, habilita ahora la entrada de Vox en el sistema de gobierno contra el que ha hecho fortuna. El comodín con el que el PSOE rescató a los votantes expatriados de la izquierda para abrir la llave del Gobierno, sin hablar de aquel populismo que repudiaba, ni del independentismo intolerable de ERC, ni de la herencia fioloetarra de Bildu, lo enarbola ahora el PP para justificar la suma de los escaños que se le quedaron tan a la derecha que casi dan la vuelta a las Cortes, pese a que antes cuestionaban sus mensajes racistas, machistas, homófobos y negacionistas. El tránsito resume las dos banderías que a partir de ahora se dan cita en las Cortes autonómicas. Ahí se fijará frente del Duero en el que se exhibirá durante los próximos meses la batalla política nacional a la espera de confirmar si, con la misma certidumbre que entonces se iba a romper España y se nacionalizarían los bancos, ahora se alumbra en Castilla un nuevo amanecer del fascismo y la restauración de la ley de vagos y maleantes. 

La alarma se centra en un documento de pacto sembrado, por el momento, tan sólo de eufemismos. La claudicación de Alfonso Fernández Mañueco, que terminó a última hora por agarrarse al poder a cambio de la cesión de todo lo que había prometido que no cedería, se justifica con la desaparición de la exigencia del partido de extrema derecha de que se eliminara la ley de violencia de género. A cambio, se alude a una ley de «violencia intrafamiliar» que el presidente de la Junta no supo explicar bien qué significa, más allá de que «en nada modifica» la actual, luego no se necesita. El maquillaje retoca también las reclamaciones del partido de Abascal para dejar sus soflamas xenófobas, en las que vinculan las violaciones con los inmigrantes para agitar el odio, en una invitación a promover «una inmigración ordenada», no se sabe bien si por niveles de renta o por listas de espera como las sanitarias. En el ejercicio de redacción se advierte además, como eje número 9, que se asegurará «la cohesión, el equilibrio y la integridad territorial de Castilla y León». Vox venía para acabar con las autonomías. Nada mejor que empezar por gobernar esta. Fuera hace mucho frío.

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