Editorial | Encrucijada covid: toca prudencia por una reactivación mejor y más rápida

La sexta ola del covid, con un total protagonismo de la rápida expansión de ómicron, ha llegado en el peor momento posible. Desde hace semanas, se había detectado una nueva crisis que algunos expertos definían como «surfeo» confiando en que no iría a más. Era la consecuencia de una mayor movilidad de personas en el pasado puente de la Constitución o por la irrupción de esa nueva variedad del virus que tiene mayor capacidad de contagio. Lo cierto es que en estos días centrales de la Navidad los números de difusión del coronavirus están totalmente desbocados. No ha sido necesario aguardar a las reuniones familiares para que se alcancen cifras récord de nuevos positivos.

Con este panorama, hay que reconocer que la prudencia ya se había impuesto en días pasados. Los hosteleros empezaron a recibir cancelaciones de comidas y cenas hace bastantes jornadas. Y en todos los locales se había reducido el volumen de clientes ya que se estaba extendiendo un afán de prudencia en vísperas de esas reuniones en muchos casos con personas mayores. Las caja se han resentido y lo seguirán haciendo en estos días, en una fase del año que, junto a la Semana Santa, aporta alguna de las mejores recaudaciones. Llega la Nochevieja y otros locales, los de ocio nocturno, también se verán perjudicados. Pero parece lógico que el esfuerzo colectivo de la sociedad se imponga una vez más. Aunque sólo sea para conseguir que esta ola pase cuanto antes y las cosas se reactiven para que la hostelería pueda dotarse de nueva vida.

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