Diario de León

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El gran pigargo europeo volverá a volar en España. A priori parece una buena noticia, la recuperación de una especie emblemática, como se ha hecho con el quebrantahuesos, con el oso pardo cantábrico, o lo que se intenta hacer con el urogallo cantábrico, e incluso se proyecta con el lince ibérico. Pero nada más lejos de la realidad, ya que se intenta reintroducir una especie declarada en 2018 en el listado de animales extinguidos por el Gobierno de España cuando en realidad no existe ninguna evidencia documentara de que esta ave habitara alguna vez en la península ibérica.

Los primeros nueve ejemplares llegaron a principios de esta semana a España desde Noruega. Estos pigargos vivirán en un jaulón ubicado en Pimiango, en el concejo de Ribadedeva, para aclimatarse al medio y, una vez termine el periodo de adaptación, serán liberadas en la vertiente asturiana de Picos de Europa.

El proyecto está impulsado por Grefa y cuenta con la colaboración del Miteco, del Gobierno del Principado de Asturias, del Ayuntamiento de Ribadedeva y del Gobierno de Cantabria. Todo para conseguir que la especie «vuelva» a tener una población estable en España, algo que nunca ha tenido.

Pero vamos a ver, que no estamos hablando de reintruducir a ‘Piolín’ para que vuele por los bellos parajes de Picos de Europa, estamos hablando de soltar a nueve pajarracos, que con sus dos metros y medio de envergadura, es un implacable depredador, que se alimenta básicamente de peces, pero también de mamíferos vivos o muertos, es decir, que todo le viene bien. Al parecer, los promotores del proyecto no saben que en algunos lugares en los que se ha reintroducido la especie, como en Escocia (donde sí se había extinguido recientemente como nidificante), los pigargos han encontrado una fácil y recurrente fuente de alimento en los corderos de las explotaciones ovinas de la zona, lo que ha llevado a los ganaderos escoceses a tachar la situación como «insostenible» y a solicitar a las autoridades una solución a este problema. Como si los ganaderos de Picos de Europa no tuvieran suficiente con los ataques del lobo. Vamos, que ahora además de vigilar por tierra, van a tener que estar mirando para el cielo para proteger su ganado. Mucho sentido, no tiene, la verdad.

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