Ese puente

Si resumo en una sola estampa todo lo guapo de mi andar por todos estos ríos tantos años, elijo una foto en la que ando con varal de bambú pescando a moruca en lance al tiento como me enseñó mi tío Andrés, ilustre maestro de oficio y en más cosas; y ahí estoy frente a un bello puente que llena toda la escena, puente descarnado de tablero y esmochado algún tajamar, pero manteniendo impasible la firme arquería de sus dos ojazos aunque alguna ruina le haya ido mordiendo aquí y allá. Pero ni riadas ni inclemencias han logrado que titubee su solidez en cinco siglos de uso cabal y uno de abandono, no puede con él la incuria y mantiene gallardo lo que tuvo de colosal su ensilladura medieval. En esa foto ando metido en la orilla del río con sólo botas de media caña, principios de agosto, 1971, con agua la justa para ser espejo que refleja el puente en una tabla cristalina sobre lecho pedroso con mucho morrillo rubio, atardeciendo en sepia allí y prometiéndome un buen sereno pese a la molesta brisa que sopla desde las Hoces contiguas rizando el río cada atardecer de verano. Ese puente escoltado por algunos chopos y paleros es lo único interesante de la foto, su mejor noticia; y como salgo lejos y de espaldas ahí, no estorbo mucho a su monumentalidad y a su heroica ruina, bella y resistente. A ese puente fósil, requetejubilado de función y tendido sobre un río Torío montañés, se le llama «de Serrilla» sulfurando al pueblo vecino que pide llamarlo «de Villalfeide», lo mismo que pide llamar Polvoreda a la peña que le roba su contiguo Correcillas. En fin, a este puente le van a meter mano rehabilitadora y con 76.000 euros le arreglarán la facha poniéndole hasta barandillas metálicas que nadie vio ni recuerda. Pero si no es para restablecer su viejo uso, cree Sócrates que más que rehabilitar cabría mejor aquí consolodiar la ruina, algo aplicado a tanto patrimonio monumental, pues todo lo que ahora añadan a este puente desfigurará su lírica de auténtico y será otra cosa, otro puente. Y falsillo, maqueado. Al menos al de mi foto no lo tocan. ¿Acaso la ruina no puede ser bella?