Esta postguerra

Creado: 17.02.2020 | 11:00

Actualizado: 17.02.2020 | 11:00

Qué razón tiene Gamoneda cuando a veces no está seguro de que la postguerra ( postguerra civil , digo) haya terminado aún... y aquí late ochenta años después sin que los nietos de aquel guerrear incivil corrijan el tiro. Pobres vencedores. Empobrecidos vencidos. Postguerra de pobres. Pobreza mental. Qué pobres somos.

El segundo tomo de memorias de Antonio Gamoneda comienza en la cruda postguerra que le royó la adolescencia en esta ciudad, huérfano de padre, obligado a emplearse de meritorio en banca por ayudar en casa con unas perras... y titularlo « La pobreza » resume de una vez tanto avatar y tanto repique de tripas que no tapaban ni los campanazos de gloria del Régimen, pues ahí sale también el hambre que tortura, década piojera, 1945, sopa de piedras, postguerra a ración (si te llega), postguerra que inaugura esta segunda entrega de memoria revivida. Y dijo el poeta en su presentación: me pregunto si la posguerra ha terminado, no estoy seguro . Que esté bien seguro, dice Sócrates, no terminó, que no, que las postguerras siempre duran hasta la guerra siguiente; y a eso lo llaman paz por disimular.

Pero aunque parezca mentira, la pobreza resulta ser un estado de bienaventuranza (o el sueño de Picasso: ser rico para poder vivir como un pobre ), porque del Evangelio sólo se sacan tres cosas claras sobre el Cielo según lo subraya el Rabí: 1.- que el Reino de los Cielos es de los pobres (bienaventurados ellos)... 2.- que si no nos hacemos como niños, jamás entraremos ahí (lo infantiloide, tan de moda hoy, no cuela)... y 3.- que es muy difícil que un rico logre cruzar esa puerta por más que intente meter camellos por el ojo de una aguja, cosa que consolaría al pobre si no hubiera otra maldición evangélica que le hiela de cuajo la risita al pobretón: a los pobres siempre les tendréis con vosotros , (traducido: la pobreza jamás desaparecerá, es vuestro destino ... hombre, gracias por tu jodía sinceridad, Maestro, masculló Judas Bárcenas Barcenillas, el tesorero tesorerillo).

Leyendo a Gamoneda quizá averigües algún porqué de esta postguerra de hoy.