Ordeñar las fuentes

Y a está más barata que el agua. Los ganaderos bufan por el precio de la leche. No sólo no cubre lo que cuesta mantener el ganao, ahora da pérdidas. Engordará, pues, la lista de los seis mil ganaderos que en los últimos años cerraron las cancillas, voltearon los pesebres y malvendieron la ordeñadora como diciéndole al ministro-ministra-ministre: ¡ordeña tú, majadero-majadera-majadere!... aunque debieron decirlo también en francés -¡ordenez vous, piloner-pilonere-pilonet!- para que se entere especialmente la francesita que más pita en este negocio en España, Lactalis , la líder... y la sordomuda al clamor de ganaderos de por aquí cerca a los que apercolla esta multinacional, hoy ya la primera del mundo moviendo lácteos, y por eso gallea tanto, ¡la madre que la ordeñó!

Desde su tumba, Onofre Llamas, que tuvo vacas toda su vida en Sanserení del Monte, preguntó asombrado: ¡¿pero cómo es posible que hoy os cueste más un litro de agua que uno de leche?!... ¿cómo hicísteis caso a los cretinos que os han llevado hasta ese punto?... ¿y es verdad que ya pagáis por un botellín de agua en el bar más que por un litro de gasolina?... ¿queréis decirme entonces que ahora os pondréis como locos a cerrar cuadras y explotaciones para poneros a ordeñar caños, fuentes y manantiales metiéndolos en botella?...

No dé ideas abuelo, que las carga el diablo, replicó el nieto que pasaba junto al cementerio arreando a los prados altos las seis últimas vacas del pueblo; no dé ideas porque justo en la cabecera de Pobladura de la Sierra donde nace el río Duerna mirando al Teleno quieren poner una planta embotelladora para ordeñar sus dos manantiales más guapos, el Borrazal y el Barballal, robando lo suyo al río que nace, añadiéndole además un sondeo; los confederados le dan permiso y menos mal que los ecologistas están logrando aplazar la voracidad objetando ante tribunales, pues mucho es de temer que no sean esas fuentes y ese valle los únicos ordeñados o violados en esta tierra de improvisadas huídas hacia adelante... o desesperadas hacia atrás... no dé ideas, abuelo.