Una maravilla

Maravillados quedaron los vecinos de esa solitaria calle ciega que tiene una mano de sólo muralla de las viejas Cercas, calle adoquinada, tranquila y casi particular, lo que la convierte en un fácil e impune cagaeru de perros cuya mierda queda disimulada en los hierbajos altos que crecen al pie del paramento almenado (la mitad ni hace ademán de recoger el regalito de su perrrito seguros de que nadie repara en su incivilidad ni se lo impide). Maravillados, sí, nos dice un vecino que nos fue comentando el episodio en sucesivos mensajes: «Son las 8 de la mañana; comparece en el lugar un operario de jardines ataviado sideralmente con costoso mono chillón y atalajes; porta segadora de mano tipo detector de metales; va protegido con mucho aparato, gafas de escafandra y grandes cascos para sus oídos, que por lo mismo que él los lleva deberían haberse proporcionado también a los vecinos aterrados por el horrísono pedorreo de esa segadora tan pija que bien pudo infartar a quien esté aún durmiendo»... «8.40 h: cesa el insoportable ruido, han sido 40 minutos de estridente contaminación acústica y de monóxidos de ese motor; la cosa a segar son cuatro malas hierbas que un jubileta con azadita resolvería en la mitad de tiempo; quedó clara esta nueva modalidad jardinera: matar hierbas a cañonazos; y ahora reina el silencio en la calle y en nuestro oído un zumbido silbante»... «9.10 h: horror, no puede ser, vuelve el hiriente pedorreo, pero ya no es de segadora, ahora toca aparatoso soplador de los de barrer jardines, que no es el caso y, así, su ventolera levanta tal nube de polvo y miasmas, que los vecinos la paladeamos un rato largo; increíble, la operación no concluye hasta casi dos horas después; nuestros tímpanos están ya definitivamente taladrados»... «son las 12: el operario se esfuma, ya tardó, arrimó la broza a la muralla y ahí quedó junto a las malas hierbas sólo rapuchadas, no cortadas de raíz, con lo que ya están creciendo de nuevo y obligando en breve a repetir negocio; ¿a cuánto nos ha salido matar cada hierbajo?, ¿es o no es esto una fascinante maravilla?...