Diario de León

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H an liberado un gran lienzo de la muralla de León que nadie palpó de cerca con los ojos por haber estado prohibida al zapato, presa de tapias y casa barata, propiedad privada que un día, tiempo atrás, logró legalizar lo que en origen solo fue un robo impune a la ciudad, suelo de todos, por parte de atosigantes okupas con corralín o chamizo, molineros pleiteros o los eternos arrimaos al corregidor que tanto abundan en las ciudades-pueblón donde la gente de mandilón o levita maniobra que no veas. Se lo quedaron. ¿Y no es paradoja-parajoda que, si el propietario natural —el consistorio, el común— quiere recuperar aquel viejo expolio de su muralla, haya de pagarlo hoy a cojón de mico?... ¡virgensantadeloscarrizales, cómo está hecho el mundo!...

Esa muralla es la que va de la no tan vieja Cárcel del Arco —hoy con archivos presos allí que pueden visitarse, pero no salir, o sea, cárcel también— hasta esquinar con San Isidoro en lo de atrás de su colegiata, ahí donde fue muy popular un molino  Isidrón  que movió durante siglos la presa que bajaba al pie de la muralla y que, arriba, en el Espolón, se abría un poco en retén para que lavaran ropa las paisanas, abrevasen los burros y mearan los guajes cantando el río-río después de haber disputado un  rafting  en sus rápidos con barquitas de corteza de chopo talladas a navajina; o no, a lo basto, o palitroque, lo importante es la carrera... y mear el primero.

Harán ahí un jardín breve, enclaustrado, con cierre a la noche, quizá porque ese  cul de sac  invita al crimen bajo como lo hizo al robo antaño; u hoy, que ya le robaron a esos cubos la única cara veraz que le quedaba a las murallas de León, tan arregladitas ellas. Siglos llevaban esos cubos vírgenes de restaurador, aunque le sobran parches y rellenos de todo tiempo, su biografía hoy retocada. Y adiós al lloro verde de su jardín vertical y al relieve del muro con emplasto cementón, agresivo lifting que desfigura la verdad de la arruga histórica, tan bella, algo que ya se hizo inútilmente en otra muralla contigua con obra costosa... y no aprendieron: ese verde volverá... la vieja muralla no.

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