EN EL FILO
Rajoy azuza a Corbacho
MARIANO Rajoy no quiere perder la carrera de la xenofobia. Para iniciar el despegue de la proximidad con que el Gobierno y el PSOE se han situado en la política de inmigración con respecto al PP, el líder conservador ha llamado la atención sobre los extranjeros que cobran el paro en España y los españoles que se han desplazado como trabajadores temporeros a la vendimia francesa. Son unas manifestaciones sutiles en las que el líder del PP no pide -no podría hacerlo, puesto que quien cobra el paro lo hace en función de unas cotizaciones que se transforman en derechos directos independientemente de su nacionalidad- que se suprima la percepción para trabajadores que no son españoles, pero subliminalmente inicia la carrera para promover las bajas pasiones acentuadas siempre en época de dificultades. Nada más fácil que alimentar la indignación por la existencia de parados españoles y inmigrantes nacionales que tienen que salir a buscar trabajo frente a los extranjeros que cobran el paro en España. Corbacho dio el pistoletazo de salida y Rajoy le adelanta por la chicana. De oficio le toca a la derecha el papel de fomentar la xenofobia como una forma de rastrillo electoral para atraer a los ciudadanos que caen la en la tentación de culpar al foráneo de las épocas de escasez. Pero el problema se agrava, si como está ocurriendo, un Gobierno socialista pasa a competir por el espacio electoral que ocupan los ciudadanos que manifiestan su preocupación por el trabajo y las prestaciones que supuestamente estarían arrebatando los inmigrantes a los nacionales. ¿Quién defiende ahora en España que los inmigrantes que han venido en estos diez últimos años han salvado el sistema de las pensiones y aumentado considerablemente la declaración fiscal y del sistema de seguridad social tienen sus derechos? El mercado laboral se rige por la ley de la oferta y la demanda y al estado le compete, mejor si es de acuerdo con los actores sociales, reglar para que no haya abusos y se garanticen los derechos laborales de los trabajadores. En época de recesión, la inmigración legal se reducirá por la contracción de la demanda. Hacer declaraciones anunciando medidas restrictivas es sólo un efecto propagandístico para conjugar las acusaciones de la derecha. Lo peor es que ha sido el Gobierno quien toma las iniciativas contra los flujos migratorios legales y relacionando inmigración con desempleo. Ojala esto no se convierta en una subasta en la que nadie sostiene hasta ahora la bandera de la izquierda solidaria.