Llenar el vacío de las playas cuesta 132 M€

Milímetro a milímetro así va adentrándose el mar y el océano en las costas españolas, a un ritmo pausado, pero constante y que en los últimos 30 años se ha duplicado, según el Instituto Español de Oceanografía, hasta llegar a los 2,8 milímetros en las últimas tres décadas, frente a los 1,6 milímetros que subió anualmente entre 1948 y 1993.

Cada verano, las playas españolas se llenan de turistas que disfrutan de la arena fina. Una estampa que meses antes es totalmente distinta. «En los últimos temporales, el mar ha vuelto a ‘llamar’ a nuestra puerta», explica un vecino de la playa de Les Deveses en Dénia. Tras la tempestad, llegan la calma y los camiones con toneladas de arena para arreglar los desperfectos ocasionados por el mar. Desde 2010, España ha usado 18 millones de metros cúbicos de arena para regenerar las playas del litoral nacional, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

«Esto es totalmente tirar el dinero», denuncia Annelies Broekman, investigadora del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales. En la última década, el ministerio liderado, invirtió 132,28 millones de euros para adecuar sus playas. «Que se den soluciones con sensatez», denunciaba en 2020 el por aquel entonces alcalde de Bellreguard, Alexandre Ruiz. «La erosión de las costas cada vez es mayor», apostilla el investigador del Instituto de Ciencias del Mar, Jorge Guillén.

La clave, está en «restaurar la dinámica natural de las costas». Las playas están formadas por un río de arena, que fluye de forma natural, desde que los ríos desembocan en las costas. Sin embargo, ese aporte natural con el paso de los años ha disminuido. «La causa está en la acción humana, porque hemos ido ocupando espacios que antes eran playa», advierte el investigador. Encontrar la forma de recuperar el movimiento natural de los sedimentos de nuestras costas es un tema muy complejo. Por un lado, existen diversas técnicas de ingeniería, como por ejemplo la conocida alimentación artificial de las playas.

Los áridos que llegan a la playa deben ser muy parecidos en tamaño, color y textura a los de las arenas originales. Por ello, los investigadores defienden que la mejor solución es la que sea capaz de recuperar la dinámica de los sedimentos y tener en cuenta la planificamos las zonas urbanas.