Diario de León

Seguridad

El repunte de la pornografía infantil tras la pandemia triplica la cifra de casos en León

Los 36 episodios registrados desde 2019 han dejado cuatro víctimas menores, con casos realmente espeluznantes

Editorial: Armas frente a la pornografía infantil

La incesante labor de búsqueda de indicios ocupan a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado

La incesante labor de búsqueda de indicios ocupan a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado

León

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La producción y el consumo de pornografía infantil se han triplicado desde la pandemia hasta la actualidad en León de tal forma que desde el confinamiento a hoy, los casos detectados se han triplicado respecto a los que se venían registrando anteriormente. Según información oficial del Ministerio del Interior, desde 2019 hasta principios de este año en curso, la provincia de León había registrado 36 episodios de estas características, que habían dejado cuatro víctimas menores de edad.

Después de la explosión de 2022, con quince casos detectados, la curva de episodios cae de nuevo ahora a niveles de 2019. Entonces y en el último registro se contabilizaron siete incidentes, pero el problema radica en la estadística oculta. Los responsables de la lucha contra este tipo de casos son conscientes de que no todo se puede detectar y hay un nicho de delincuencia que no se detecta por las peculiaridades que comportan estos tipos delictivos.

2020 con cinco episodios y 2021 con dos habían dejado la esperanza de que la casuística se redujera. Falsa expectativa. La sensación subjetiva es que los números van a ir al alza.

INCLUSO BEBÉS

León es el reflejo de una terrible realidad. Este tipo de depredadores actúan contra víctimas de entre uno y dieciocho años (se han llegado a registrar casos de material con bebés de apenas unos meses) y que en el colmo de la sinrazón, usan a personas discapacitadas también para sus objetivos. Se trata de satisfacer instintos que no pueden ser cubiertos de otra forma, habitualmente por desajustes de carácter psicológico.

La legislación considera delito la tenencia, producción o distribución de material pornográfico en el que aparezcan menores de dieciocho años en actitudes sexuales. El artículo 189 del Código Penal castiga con penas de hasta nueve años de prisión los actos de estas características.

Los tipos delictivos de estas características constituyen ya una verdadera biblioteca de la delincuencia, que además comporta numerosas modalidades. Los más habituales son el descubrimiento y revelación de secretos, por parte de quien recibe y de quien difunde las imágenes, y aunque han caído en la estadística por menor reiteración, también se consideran injurias y calumnias la utilización de anuncios en Internet, a nombre de otras personas, normalmente, por motivos de venganza para ofrecer supuestos servicios sexuales que nunca han existido. Pero los más comunes son el stalking, que consiste en atosigar de forma reiterada a una persona en su vida del día a día. También es muy común el ciberbullying, una conducta que consiste en publicar fotos de un menor en situaciones comprometidas. Últimamente se utiliza esta estrategia para conseguir dinero a cambio, bajo la amenaza de hacer llegar ese material a terceras personas o de difundir ante los padres la existencia de ese contenido, que normalmente no se piensa hacer llegar a su destino, pero que se brinda como moneda de cambio.

También se están registrando numerosos casos de sextorsión en León, a través de una conducta que se considera agresión sexual, puesto que se intimida el menor para que aporte material que inicialmente le fue concedido al agresor de forma espontánea, y que posteriormente sirve para entrar en una política de extorsión.

Childgrooming es una conducta por la cual un mayor de edad contacta con un menor de 16 años, con la intención de mantener un encuentro sexual. La ley lo prohibe expresamente y se considera delito, incluso en el caso de que sean encuentros consentidos. También es una conducta al alza en la provincia y a nivel nacional. Por último, es conocido ya el delito del sexting, que consiste en intentar embaucar a menores de 16 años para que faciliten material pornográfico propio o que lo consiga de amigos y lo haga llegar al adulto, que normalmente se hace pasar por una persona de la misma edad que el menor y que casi siempre oculta su verdadera identidad y sus intenciones.

78% DE VÍCTIMAS LEONESAS

También en el victimario el género es un problema. El 78 % de las víctimas leonesas son niñas, que no han alcanzado la pubertad. En el caso de los niños que aparecen, suelen ser más tierna edad que las adolescentes, a las que se busca ya en edad de desarrollo, por las peculiaridades que comporta su fisonomía para la satisfacción sexual.

El agresor suele ser un pedófilo que siente atracción sexual por un menor y que sufre un trastorno de personalidad de carácter sexual. Casi siempre es una persona muy obsesiva, que dispone de dispositivos electrónicos varios, con una cierta inteligencia para tratar de burlar la ley y casi siempre caracterizado por un ‘Síndrome de Diógenes’ digital, por el cual acumulan centenares y centenares de archivos de estas características.

Crueldad absoluta

En algunos casos se han llegado a encontrar fotos de bebés de apenas unos meses de edad

Fórmulas elegidas

Sexting, grooming o sextorsión son algunas de las formas más comunes de esta delincuencia
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