Editorial | Obregón abre un debate necesario

La llamada gestión subrogada forma parte de un importante catálogo de asuntos de gran repercusión social sobre los que se echa en falta un debate sereno y profundo. Se evitan precisamente por su carácter polémico, sin que se tengan en cuenta las importantes repercusiones que plantean. Ana Obregón puso ayer el dedo en la llaga. De un problema que, en primer lugar afecta, a derechos fundamentales de las personas. Que presenta dudas sobre la posible explotación de mujeres que por su estado de necesidad se ven obligadas a participar en un proceso tan delicado como es la gestión de un ser humano por encargo de otra persona. Como suele ocurrir en los asuntos humanos es complicada la respuesta. Y menos en caliente. Toca hacer un debate serio escuchando a los que no dan voces.