Diario de León, ¡feliz aniversario!

Alboreaba el siglo XX con el deseo de salir de la cerrazón de aquel León provinciano un poco volcado en sí mismo. Interesaba la comunicación y la noticia, los ecos de la sociedad, el artículo de fondo y el pasatiempo. Por aquel entonces ya estaba avanzada en las imprentas la impresión y algunos tipógrafos mostraban con entusiasmo sus habilidades. Un periódico inspirado en los principios del humanismo cristiano, interesaba entonces a la Iglesia, al funcionariado, al comercio y a la pequeña burguesía de la capital. Y en este ambiente se acunó la infancia y adolescencia del DIARIO DE LEÓN.

Poco a poco, con la ayuda del correo y las comunicaciones del coche de línea que iba y venía diariamente a la capital, de los sacrificados carteros rurales que unían las distancias a lomos de mula o de bicicleta, fue expandiéndose por los «cabeza-partidos» y pueblos más poblados de la provincia. Los maestros, el boticario, el veterinario, el médico y el cura fueron entre otros quienes disfrutaron del olor de su tinta cada mañana. En los primeros años siempre conservó aquella compostura religiosa –un tanto clerical—, cercano a la Iglesia de León, pues lógicamente era quien lo mantenía intelectual y económicamente.

Llegó un momento en el que la diócesis pensó que el periódico debía de emanciparse y pasó a manos de algún empresario cercano a las cofradías y a la construcción que es uno de los gremios que más tiempo lo han poseído. El DIARIO DE LEÓN comenzó entonces un camino de crecimiento en busca de su propia identidad civil. Y de nuevo pasó a manos de insignes empresarios leoneses que aportaron las ideas y recursos que mejor pudieron al proyecto de un periódico más acorde con los tiempos y extendido por toda la provincia.

Recuerdo un día soleado en el que el empresario del Bierzo Servando Torio de las Heras me hizo una pregunta comprometida: ¿Tú crees que he de intentar, aunque resulte costoso, adquirir el diario La Hora Leonesa que como toda la prensa del Movimiento se va a vender? Dicho empresario había trasladado su residencia a la capital, comprando el DIARIO DE LEÓN, y mantenía conmigo una relativa intimidad, pues había nacido en un pueblo vecino al mío. Ni que decir tiene que mi consejo fue positivo. Sería una buena oportunidad para enriquecer y fortalecer al DIARIO DE LEÓN dotándolo de los mejores periodistas y escritores de la provincia de León y añadiendo laboriosos corresponsales en las cabeceras de cada una de sus comarcas.

Y así las cosas funcionaron in crescendo siempre hasta que él hubo de venderlo y otro empresario leonés lo compró y mantuvo durante varios años hasta que lo adquirieron los Fernández-Latorre, propietarios de La Voz de Galicia . Con ellos mejora su economía hasta que se vendió al actual propietario, don José Luis Ulibarri.

Su evolución ha sido exponencial con respecto a los temas e ideas religiosas, pasando poco a poco de una dependencia consustancial de la Iglesia a una imagen secularizada y laica tanto en su parca información religiosa como en la forma de tratarla a veces. Bien es verdad que la manera de hacerlo depende del carácter de los periodistas y colaboradores; los directores lo tiene difícil para moderar. En muchos casos es comprensible ese talante laical que en algún tipo de prensa hoy vende mucho, incluso por parte de periodistas vergonzantes —(no es nuestro caso),— que han estudiado la carrera en ciertas facultades ligadas a la Iglesia Católica.

EL DIARIO DE LEÓN ha sido y es hoy el mejor periódico de la provincia. Mantiene su delegación y sus cuatro o cinco páginas fijas sobre El Bierzo y posee la mejor hemeroteca para escribir la historia contemporánea de toda la provincia, del Bierzo y las comarcas leonesas. Aparte, sus fotógrafos de prensa conservan millares de imágenes de nuestra intrahistoria. Allí están los personajes, la historia del arte, la cultura, la vida social, política, industrial y económica de más del último siglo y cuarto de nuestra vida berciana y leonesa.

Bien dirigido y mantenido por un grupo excelente de profesionales, anima la vida social de nuestra provincia de León con algunos otros eventos tales como publicaciones extras de libros, imágenes o detalles así como la iniciativa mantenida durante ya muchos años de la convocatoria de los Premios Diario de León al Desarrollo Social y los Valores Humanos.

Con su inteligente dirección y el sacrificado apoyo de recursos por parte de su presidenta, Adriana Ulibarri Fernández, en tiempos difíciles para encontrar publicidad, auguro para el DIARIO DE LEÓN un venturoso futuro. Sus profesionales ya saben el camino y se mantienen en él: el periódico digital, la aplicación Kiosco y Más, simultanear espacios entre prensa y televisión, hacerse presente en lugares de interés dentro de la sociedad, mantenerse en foros y alianzas que son de aquí e interesan mucho a todos y preparase ya para este presente en el que nuestro querido consejero de Fomento y Medio Ambiente, el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, va a permitir que las ideas e informaciones cabalguen ahora a lomos de fibra hasta los puntos más lejanos de una provincia digital.

Si el pasado del DIARIO DE LEÓN ha sido noble y el presente excelente, aun en medio de las dificultades, tenemos que esperar que lo mejor no ha llegado todavía.