Éxitos en el deporte y orgullo de su tierra

En primer lugar me gustaría agradecer, al mismo tiempo que felicitar, a DIARIO DE LEÓN por darme la magnífica oportunidad de formar parte del grupo de personas a las que, con motivo de su 115 aniversario, nos abre las páginas de este medio informativo tan importante y necesario para la provincia de León.

Fue durante mi época como estudiante cuando comencé a practicar el atletismo, consiguiendo varios títulos provinciales y nacionales en las campeonatos escolares. Además de esas competiciones escolares ya competía también con el CAR (Club Atletismo Roblano), bajo la supervisión de Álvaro Díez como mi primer entrenador y Antonino Baños, que fue la persona que estuvo a mi lado hasta el final de mi carrera deportiva y al que le debo una parte muy importante de todos los éxitos deportivos. Durante esa época comenzaba a tener ya un seguimiento muy importante por parte de este periódico, algo que agradezco y que me animó a seguir entrenando con la ilusión y fuerza necesarias en lo personal, pero también muy importante para darle el protagonismo que se merecía mi pueblo y la Montaña Central.

La Robla era en aquellos tiempos un municipio industrial en auge, donde el trabajo no suponía un problema, como por desgracia ocurre en la actualidad, tras el cierre de la mina y la central térmica, que espero se superen con la esperanza de varios proyectos de futuro en el marco de la transición ecológica. Recuerdo que la sociedad en su mayoría no entendía el correr como deporte, especialmente en días duros de invierno, bajo el agua o la nieve. Hoy en día es sinónimo de calidad de vida.

En los años de atleta de máximo nivel tuve la oportunidad de formar parte de los mejores clubes de España, pero siempre teniendo como residencia de vida y entrenamiento La Robla. Recuerdo las vibrantes mañanas vividas por mis paisanos los domingos en La Robla, ante el televisor, para seguir las pruebas de campo a través y la ansiada espera de que llegara el lunes para poder ver las crónicas deportivas del periódico. Recuerdo a los corresponsales del DIARIO DE LEÓN en la zona, el buen trato por parte de Manuel Cachafeiro y, de manera especial, del desaparecido José Antonio Barrio Planillo, por la amistad que me unía a él. Fueron muchas las crónicas y reportajes que se me hicieron a lo largo de mi vida deportiva en este periódico, pero me gustaría recordar cuatro inolvidables. El primero de ellos cuando fui premiado como mejor deportista leonés (1982, 1997 y 1998), por la satisfacción y orgullo que supone el reconocimiento cercano de esta querida provincia. Destacar también el premio recibido como mejor deportista leonés de la década, por Televisión de León (20 de noviembre de 2001), premio éste que engloba sin duda los diez mejores años de toda mi trayectoria deportiva.

El segundo corresponde al día que se me ofreció el homenaje con motivo de haber ganado el campeonato de España de campo a través en Logroño (13 de marzo de 1996). Fui recibido desde el balcón del Ayuntamiento por mi pueblo y posteriormente se acordó desde la corporación municipal poner mi nombre a las Instalaciones deportivas. Fue el día 10 de noviembre de 1996.

El tercero corresponde a la cobertura y seguimiento del momento más importante vivido para mí al recibir uno de los mejores galardones más deseados por un deportista a lo largo de su trayectoria deportiva, como es el Príncipe de Asturias de los Deportes, junto con mis compañeros de selección. Tanto los actos organizados los días previos, como la recepción por parte de su majestad el rey de España, don Felipe de Borbón, en la mañana del día 24 de octubre de 1997.

Y el cuarto corresponde al momento que todo deportista de alto nivel espera con inquietud, ya que vas a dejar lo mejor que has sabido hacer y comienzas una nueva etapa en tu vida. Me refiero en mi caso al magnífico homenaje de despedida, organizado por el Ayuntamiento de La Robla, junto a una comisión especial, y que se desarrolló entre los días 2 y 10 de octubre de 2004.

Fueron unas jornadas inolvidables y doy por ello las gracias a todos los participantes en las distintas actividades deportivas programadas, como por las personas desplazadas para acompañarme en este día. Especialmente recuerdo la exposición que se instaló en la Casa de Cultura, donde se podía ver todo mi recorrido deportivo, la última carrera como atleta junto con mis compañeros, rivales, amigos, seguidores, etcétera, y la inauguración y la placa en las instalaciones deportivas, donde pude disfrutar de los momentos más distendidos y cercanos con todos los asistentes. Y ya para finalizar me gustaría decir que el refrán tan famoso de que «nadie es profeta en su tierra» afortunadamente conmigo no se ha cumplido, ya que siempre me he sentido reconocido en mi pueblo, además de poder trabajar vinculado al deporte en el Ayuntamiento de La Robla como encargado de servicios deportivos. Cumplidos los 55 años y viendo la jubilación a medio plazo, me siento un privilegiado al haber tenido la posibilidad de compatibilizar deporte y trabajo, no queriendo perder esta ocasión para escribir de este asunto, de tanta preocupación e interés por el bienestar y la seguridad, aún más en el deporte. Cualquier deportista, de manera especial los no profesionales, se ven abocados al final de su carrera a afrontar su experiencia laboral, pero con la angustia en la mayoría de los casos de saber que no podrán cumplir el mínimo cotizados para el cobro del 100% de la pensión, cuestión que se debería solucionarse intentando crear un coeficiente reductor en los años cotizados, según el número de los que cada deportista pudiera acreditar como de alto nivel.

Gracias de nuevo a DIARIO DE LEÓN por haber sido el medio difusor de todos mis éxitos deportivos. Felicidades y enhorabuena por todo el trabajo realizado durante estos 115 años. Y por el que sin duda seguirá haciendo en el futuro.