Diario de León
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León

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guzmán robador

Cuarenta años de dictadura franquista dejaron una amplia huella en la sociedad durante la Transición, un periodo en el que ejercer la libertad de expresión entrañaba el riesgo de sufrir un proceso judicial o, en el peor de los casos, un atentado, como el perpetrado con un paquete bomba contra la revista El Papus, en el que hubo un muerto y casi una veintena de heridos. El clima de intolerancia heredado del franquismo que envolvió esa época queda reflejado como trasfondo en el libro Ofendidos y censores. La lucha por la libertad de expresión (1975-1984), del catedrático de Literatura Española de la Universidad de Alicante Juan Antonio Ríos Carratalá.

Este autor, especialista en temas relacionados con el humor y la memoria histórica, desgrana en este trabajo un conjunto de historias y hechos cuyos protagonistas, muy variopintos, fueron víctimas de la intolerancia, la censura o la represión por parte de un sector inmovilista que acaparaba parcelas de poder y que se escudaba muchas veces en el delito de escándalo público, derogado en 1988. Los procesos contra cinco actores de Els Joglars por el espectáculo La torna (1977), contra la cineasta Pilar Miró por la película El crimen de Cuenca (1979), contra la artista del ‘destape’ Susana Estrada y contra el grupo femenino vasco de punk rock Las Vulpes por interpreta la canción Me gusta ser una zorra en el programa de TVE Caja de ritmos, que se emitía en horario infantil (1983), o la bomba que explotó en la redacción de la revista de humor satírico El Papus con una víctima mortal (1977) son algunos de los episodios que recoge esta publicación. El profesor recuerda también acontecimientos menos populares como el artefacto explosivo colocado en un cine de Alcoy porque se proyectaba una cinta polémica sobre San Vicente Ferrer, dirigida por Carles Mira y protagonizada por Albert Boadella.

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