Cambiar las aulas

carme picart

El profesor Cristian Olivé (Barcelona, 1987) reivindica un cambio educativo que pivote sobre los alumnos y sus emociones e implique «a todos sin excepción, desde la escuela, la familia y la administración» para conseguir un transformación social basada en la justicia, el compromiso, la solidaridad y la igualdad. El profesor, que imparte lengua y literatura catalana en un instituto de Barcelona, acaba de publicar su segundo libro, que lleva por título Una educación rebelde. El poder de transformar la sociedad (Ed. Grijalbo), y si en el primero, Profes rebeldes, plasmaba el poder de cambiar un aula, en éste afirma que «podemos cambiar las aulas tanto como queramos, pero el objetivo de verdad tiene que ser transformar todo lo que las rodea».

Para ello, «en educación es necesario posicionarse» ya que «como sociedad, decidirnos por una educación u otra es decidir, en esencia, qué tipo de ciudadanos queremos que sean los jóvenes del futuro». «El silencio también posiciona», ha subrayado Olivé, quien considera que el docente «tiene que tomar parte en los temas en los que es necesario», ya sean sociales, culturales o políticos. En el libro defiende una «apuesta sincera por la educación pública» y que hablar de sexo «no sea un tabú en las aulas», pues de lo contrario «muchos jóvenes conciben el sexo como lo ven en internet y perpetúan relaciones sexuales poco saludables». La transformación social a partir de la educación que propone Olivé pivota sobre los jóvenes, y para ello ha defendido como prioridad «creer en ellos, para que sean una generación mejor que la nuestra». Ha afirmado que la lucha generacional «no lleva a ningún lugar», por lo que «tenemos que estar dispuestos a escuchar a los jóvenes» para «ofrecerles la educación que necesitan a partir de lo que piensan y desean, y que sea adecuada al contexto que viven» con el fin de que «escuela y sociedad dejen de ser caminos paralelos».