Diario de León

La cara más falsa de la inteligencia artificial

Los ‘deepfake’ son videomontajes hiperrealistas que ya pululan por la red como una forma de divertimento, pero que tienen el riesgo de facilitar la suplantación de identidades

Montaje con caras icónicas como la Gioconda, Dalí o la joven de la perla de Vermeer.

Montaje con caras icónicas como la Gioconda, Dalí o la joven de la perla de Vermeer.

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León

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Los «deepfake» o ultrafalsos, que son videomontajes hiperrealistas, se convertirán este año en algo «casi habitual», porque empieza a ser fácil crearlos. Una práctica que tiene aspectos divertidos, pero también peligrosos por su capacidad para suplantar identidades.

Esa es la opinión del gerente global de operaciones con el consumidor de la empresa Panda Security, Hervé Lambert, quien explica que un ultrafalso supone falsificar la cara y la voz de una persona en archivos de vídeo y audio usando inteligencia artificial, con una calidad que hace difícil diferenciar realidad de ficción.

Aunque hace tiempo que están entre nosotros, quizás el más conocido en España sea la parodia «El equipo E», en el que se usaban las caras de los principales líderes políticos del país para hacerlos pasar por los protagonistas de la serie televisiva de los años ochenta «El equipo A».

«No tengo duda de que seguirán creciendo y de forma brutalmente rápida», dice Lambert, para quien no deja de ser una fuente de preocupación. De hecho, Panda ha señalado el «phising» a través de los ultrafalsos como uno de los mayores retos de ciberseguridad para este año.

La firma de ciberseguridad danesa Deeptrace, en un estudio publicado en octubre del año pasado, señalaba que el fenómeno de los ultrafalsos estaba creciendo rápidamente y que durante los siete primeros meses de 2019 habían detectado 14.678, un número que casi duplicaba el del periodo precedente.

La tecnología tiene su cara positiva, pero también una vertiente oscura, depende del uso que se le dé, y en el caso de los «deepfake» el que permitan suplantar una identidad de manera tremendamente real abre la puerta a usos ilícitos.

Sobre todo cuando cada vez es más fácil acceder a la tecnología necesaria y con mejores resultados. Hacer un ultrafalso «todavía no es un juego de niños, pero es relativamente fácil», agrega.

Para hacer un vídeo de este tipo bastaría una decena de imágenes y la inteligencia artificial hace el resto, dice.

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