La clave está en un libro de amor

Una novela hermosísima que nos lleva a las atrocidades de la guerra civil con un planteamiento novedoso y original. “Todos habían muerto más o menos igual. Fusilados en su gran mayoría sin formación de causa, o sea, porque les apeteció a sus verdugos, que, además, estaban amparados por aquellos dos bandos de guerra…”. Una de las enterradas en aquella fosa parece “como si dijese: sacadme, tengo una historia importante que contar”. Entre sus brazos tenía un libro: Poemas a Ana, de Ramón Gándara, que tanta importancia tiene en la trama.

En realidad son tres los niveles del relato, tres historias complementarias y convergentes, una de las riquezas estructurales de la obra. Por una parte, la de Ánxela, historiadora que dirige la excavación de una fosa común de la guerra en el pazo de Vila Flavia, donde se produjeron torturas y ejecuciones múltiples, “durante una temporada campo de detención antes de llevar a los presos al Lazareto de San Simón”. La profesora, divorciada por maltrato y violencia. La segunda historia pone el foco en el doctor Emilio Varela, antiguo dueño del pazo, generoso e idealista. La última, si es que así se puede decir, la de Ana, la hija del doctor, que aparece con un tiro en la frente y el libro. Una delicada historia de amor con Ramón Gándara, que provocó la venganza incontrolada del teniente Darío Rocha, ahora dueño del pazo al que tanto le unía, al menos en apariencia, verdugo cruel.

No desvelaré el final, sorprendente. O sorprendentes, si prefieren. De contener permanentemente la respiración por la tensión provocada en el lector, involucrado en una lectura ininterrumpida por su ritmo. Además estamos ante una prosa llena de fortaleza, hermosa, atractiva, reflexivamente cuidada y lleno de sugerencias, con el atractivo añadido de los cambios de tipo de letra. Frases breves, contundentes, con significativos cambios de registros narrativos y lingüísticos. Excelente.