La Deportiva cumple diez años en la LFP

Otra temporada ilusionante, pero también otra incógnita, si cabe de las mayores del equipo en esta categoría. La Deportiva afronta su décima temporada en la categoría de plata del fútbol español, quizá la más fuerte junto a la de Inglaterra. Es también la cuarta de a su vez la cuarta etapa. La primera y la segunda sólo fueron de un año cada una, la tercera duró cuatro años y la actual se quiere prolongar mucho más tiempo.

Si cada temporada resulta en sus inicios una incógnita, ésta puede superar a la mayoría de las anteriores, porque el equipo llega tras un cambio de entrenador y no un entrenador cualquiera. Bolo, el técnico que más partidos seguidos estuvo en el banquillo blanquiazul, ascendió a la Ponferradina a Segunda División y le dio una estabilidad y un estilo, llevándola en dos ocasiones muy cerca de la disputa del play off de ascenso a Primera División. Y el equipo viene de realizar su segunda mejor clasificación histórica y de pasar 34 de las 42 jornadas entre los seis primeros clasificados.

Se abre ahora la etapa de José Gomes, un preparador distinto, con un estilo y forma de jugar distintos y con una presión antes de empezar mayor que la que pudieron tener algunos de sus antecesores en el cargo. Porque evidentemente, se quiera o no, la sombra de Bolo va a ser alargada. Y cuando las cosas no vayan bien, que Dios quiera que no sean muchas veces, la figura o el recuerdo del preparador vasco va a sobrevolar El Toralín.

Gomes tiene un discurso y aparentemente un juego atractivo, pero falta por ver si el equipo, con una herencia muy grande de jugadores, se ensamblará bien y jugará como y a lo que quiere el portugués.

La experiencia de Gomes en el fútbol español de Segunda División se circunscribe a la UD Almería. Hizo un buen papel, pero las circunstancias particulares del conjunto indálico provocaron que no terminase la temporada. El reto de ahora quizá no sea tan grande en cuanto a exigencia, pero sí en cuanto a las expectativas de tratar de lograr la permanencia y hacer la mejor clasificación posible en una categoría llena de dificultades y con unos recursos muy inferiores a los de la mayoría de rivales. Y puede aburrir este mensaje -igual que el del Embutidos Pajariel Bembibre en la Liga Femenina de Baloncesto-, parecer que se peca de humildad o un escudo para justificar un mal resultado, pero no es más que la realidad que afronta un año sí y otro también la Ponferradina.

De los fichajes realizados hasta el comienzo de la Liga hay que destacar dos apuestas de perfectos desconocidos en Ponferrada como ya ocurrió muchas veces: Acorán, Amir, Jebor, Guille... son algunos ejemplos. El defensa Aldair Neves y el delantero Derik Lacerda son esos dos fichajes. Luego, otras caras nuevas más conocidas y más contrastadas, como el portero Makaridze, el defensa Diéguez o el centrocampista Nwakali, a los que hay que sumar a Moi Delgado, que ya vistió la elástica blanquiazul en la segunda mitad de la temporada 2020-2021.