Diario de León

Enrique rompe todos los puentes

La promoción del libro ‘Spare’, que se publica este martes, daña su reputación y merma sus posibilidades de entenderse con su padre al atacar a la reina Camila

Anuncio promocional del libro ‘Spare’, del príncipe Enrique de Inglaterra en una librería de Londres. ANDY RAIN

Anuncio promocional del libro ‘Spare’, del príncipe Enrique de Inglaterra en una librería de Londres. ANDY RAIN

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El príncipe Enrique parece haber destruido los ya endebles puentes que le unían con el rey Carlos III y su hermano Guillermo, tras aumentar el calibre de sus críticas a ellos y a la institución de la monarquía en las entrevistas de promoción de su libro, Spare ( En la sombra ), que se publicará este martes. El cisma en la familia real está acaparando la atención de los medios británicos. La prensa británica cree que sus críticas a Camila, reina consorte, impedirán el restablecimiento de una relación cordial con su padre. Enrique la describe como «peligrosa» y «villana», «la tercera en el matrimonio», «la que necesitaba rehabilitarse», en una entrevista del canal de televisión ITV. En el libro dice que él y su hermano la apoyaron como pareja de su padre; le pidieron, sin embargo, que no se casase con ella. El padre no respondió a sus hijos. «Pero ella sí», afirma Enrique. El peligro y la villanía de Camila se deben a que, después de mantener con ella «varias cumbres privadas, comenzó a trabajar en el largo plazo. Empezaron a publicarse en todos los periódicos artículos sobre sus conversaciones privadas con ‘Guille’. Artículos que contenían detalles exactos y que por supuesto no los había filtrado él», afirma.

En el libro y en las entrevistas, el duque de Sussex insiste en que «algunos miembros de la familia se metieron en la cama con el diablo». El demonio es la prensa, en especial la más popular y sensacionalista. Señala la larga campaña de rehabilitación de Carlos y Camila hacia su matrimonio. Y cómo competían con Guillermo y Catalina para ganar la simpatía del público.

Enrique afirma que ama a su padre, a su hermano y a su familia, pero que «se comportaron de manera horrible» ante el fallecimiento de la reina Isabel II. Sin ofrecer detalles, señala que los responsables de las relaciones públicas de los miembros de la familia compitieron también en ese momento, «filtrando y plantando» informaciones a los medios.

En su deseo de «reconciliación pero con responsabilidad», el príncipe se eleva sobre sus familiares.

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