Diario de León
En la página de la izquierda, de arriba a abajo, la plaza Mayor con la iglesia y el Ayuntamiento, el pórtico de la entrada a la iglesia de San Juan Bautista y el paseo junto al reguero que cruza la villa de norte a sur. En el centro, el castillo con su esbelta torre del homenaje. Arriba, la salida de la iglesia del personaje de San Sebastián al comienzo de la procesión del Corpus Christi. Abajo, la iglesia de Nuestra Señora del Arrabal.

En la página de la izquierda, de arriba a abajo, la plaza Mayor con la iglesia y el Ayuntamiento, el pórtico de la entrada a la iglesia de San Juan Bautista y el paseo junto al reguero que cruza la villa de norte a sur. En el centro, el castillo con su esbelta torre del homenaje. Arriba, la salida de la iglesia del personaje de San Sebastián al comienzo de la procesión del Corpus Christi. Abajo, la iglesia de Nuestra Señora del Arrabal.

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Al sur de la comarca del Páramo leonés se encuentra la villa de Laguna de Negrillos, una rara avis en la zona por su inmensa riqueza patrimonial tanto arquitectónica como en cultura, fiestas y tradiciones.

La visita puede comenzar por su castillo medieval, emblema de la localidad, en el que destaca su esbelta torre del homenaje. Dice la historia que en el año 1205 Alfonso IX de León otorgó un fuero a Laguna de Negrillos y su alfoz de 13 aldeas en el que ya se mencionaba un castillo. Por ello la fortaleza puede fecharse en el siglo XIII, aunque los restos actuales corresponden a la reconstrucción realizada en el siglo XV por Diego Fernández de Quiñones y María de Toledo, padres de Suero de Quiñones, que lo usaban como residencia temporal. Se conserva la torre del homenaje y gran parte de su muralla, poco a poco restaurada por el Ayuntamiento con las ayudas de otras instituciones como la Diputación de León.

A escasos metros de la fortaleza se encuentra la plaza Mayor donde se alza la iglesia parroquial dedicada a San Juan Bautista. Su construcción data de los siglos XV y XVI. Llama la atención su puerta de entrada protegida por un pórtico soportado sobre seis columnas de piedra. Ya en el interior destaca, en el altar, el Sagrario del siglo XI, un arcángel San Miguel barroco y una Virgen con un niño del siglo XIII.

También en la plaza Mayor se ubica la casa consistorial, de reciente construcción.

Dirigiéndose hacia el sur del pueblo, a unos cinco minutos a pie, aparece la iglesia de Nuestra Señora del Arrabal, cuya primera construcción los expertos fechan en el siglo XI como sinagoga de los judíos situada en los arrabales. Esto es, fuera de las murallas que rodeaban la villa medieval. Si el viajero es buen observador pueden encontrar en sus proximidades restos de aquella muralla, hoy sirviendo de cimientos de alguna vivienda.

Con la expulsión de los judíos de España en el siglo XV, la estructura de la iglesia de renueva casi por completo pasando a ser un templo cristiano. Cuenta con un retablo central con trece tablas del siglo XVI que representan el nacimiento y la muerte de Cristo. También con una talla gótica de la Virgen, totalmente vestida, con un Niño en brazos y una pequeña bola que simboliza el mundo, convertida en Nuestra Señora del Arrabal, patrona de la localidad, ya que cuenta la leyenda que apareció descubierta por unos obreros mientras realizaban unas obras en los arrabales, muy cerca de donde se encuentra hoy la iglesia.

Y es que, como no podía ser de otro modo, en Laguna de Negrillos muchas veces historia y leyenda se confunden dando origen a tradiciones, fiestas y manifestaciones culturales profundamente arraigadas entre los vecinos y de gran interés etnográfico.

Sus fiestas del Voto a finales de abril o del Corpus a principios de junio son dos claros ejemplos de ello donde destacan en ambos casos los danzantes que acompañan los actos religiosos con sus llamativos trajes, bailes y paloteo. Tal es su relevancia que esta misma semana la Junta de Castilla y León los ha incluido dentro del conjunto de las mascaradas de la comunidad autónoma para las que se han iniciado los trámites para ser declaradas Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial.

Además, la procesión del Corpus merece mención aparte. Cuenta ya con el reconocimiento de Interés Turístico Provincial y Regional. Se trata de uno de los pocos autos sacramentales que aún se celebran en España. Destaca el personaje de San Sebastián, un centurión romano que recorre la villa a lento ritmo marcial con el rostro tapado por una careta, acompañado de danzantes y personajes bíblicos.

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