Diario de León

Mercedes GLB. Siete plazas… camperas

Más largo y espacioso que el Clase B

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León

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JAVIER FERNÁNDEZ

Espacioso… todocamino. La octava propuesta compacta de la Estrella Plateada, la materializa el fabricante en clave de practicidad, funcionalidad y espacio interior con, además, una generosa batalla —2,82 metros—.

Eso, y unas robustas proporciones que subrayan su carácter de todoterreno: superficies amplias y ‘expresivas’, reducción de aristas y frontal ‘erguido’, llamativos faros y una exclusivista parrilla.

Con 4,63 metros de largo, nuestro protagonista se sitúa entre el GLA y el GLC aunque, eso sí, hay que desembolsar un millar de euros adicionales para disponer de las 7 plazas. Así que, eso también, los 42.675 euros ‘de salida’ en su tarifa, resultan ser el único ‘pero’ que podría ponérsele.

Por lo demás, este GLB aprovecha ‘hasta el milímetro’ su funcionalidad, habida cuenta la posición de su mecánica, que el fabricante ha ubicado ‘a lo ancho’, en lugar de ‘a lo largo’, clave para la mencionada generosidad del habitáculo y para los 570 litros de capacidad de maletero (130 con las 7 plazas ocupadas). La segunda fila de asientos, longitudinalmente deslizante hasta 140 milímetros, puede dividirse por partes (60 / 40) y los asientos de la tercera —‘banquetas escamoteables’— sirve para niños… y ‘emergencias’ en desplazamientos cortos.

El interior, herencia de la Clase B, ofrece un tablero de instrumentos de un solo volumen, con entrantes ópticos en la zona del asiento del conductor y acompañante y con la novedad de sus elementos tubulares efecto aluminio; una suerte de estilismo en los todoterreno, que acaban por configurar el extremo inferior del tablero y que también se repiten en las puertas y en la consola central.

Dos pantallas (10,25 pulgadas) configuran el sistema MBUX, que permite interactuar por voz en un puesto de conducción muy confortable y con unos acabados tan perfectos como ‘sólidos’.

Cinco posibilidades mecánicas configuran el catálogo del nuevo GLB, entre las que se cuenta la ‘drástica’ AMG 35 4Matic de 306 CV —aún sin precio—, que ofrece unas ‘estratosféricas’ prestaciones: 5,2 segundos en aceleración de cero a cien, 250 por hora de punta y unos —se diría contenidos— 7,5 litros de consumo medio.

Más de ‘pies al suelo’, el GLB lo comercializa Mercedes en dos versiones de gasolina y otras dos gasóleos unidos, los cuatro, a la caja de cambios automática. En el primer escalón motorístico, el turbodiésel 200d y el gasolina 200, de 150 y 163 caballos respectivamente y con tracción 4x2 (4x4 el más potente) homologan un consumo medio de 5,5 y 6,9 litros por cada centenar de kilómetros. En la zona alta de la tabla, el turbodiésel 220d y el gasolina 250, ambos con tracción total 4x4, potencias de 190 y 224 CV, y una media de consumo homologada en los 5,7 y 7,9 litros respectivamente.

Con una más que efectiva insonorización y una ‘romana’ por encima de la tonelada y media —bien cumplida—, la opcional tracción integral 4Matic, con varios modos de conducción (Eco, Comfort, Dynamic…) optimiza el agarre del GLB por, entre otras cosas, su sistema de distribución variable del par de tracción. El sistema ‘Dynamic Select’, que el conductor puede accionar mediante un sencillo interruptor, dispone de tres diagramas específicos para controlar el embrague de discos de la tracción 4x4; incluso el sistema es capaz de ‘reaccionar’ con flexibilidad a la situación de conducción en cada uno de los modos posibles: en el de carretera ‘Eco/Comfort’, se ofrece un 80:20 de distribución entre el eje delantero y el trasero mientras, el modo ‘Sport’, la relación es del 70:30. En el modo todoterreno, el embrague de tracción total asume la función de bloqueo longitudinal, equilibrando la función básica en el 50:50 para cada eje.

También el paquete ‘Offroad’ se muestra especial útil en la conducción fuera del asfalto, actuando sobre la potencia del motor, la característica del sistema 4Matic y la regulación del ABS para terreno ligeramente accidentado. Entre los componentes de este paquete, resulta especialmente práctico el ‘visualizador de medios’, que ofrece una visualización realista de la pendiente, el ángulo de inclinación lateral del vehículo y los ajustes técnicos que permiten salvar —sin sobresaltos— las maniobras de conducción.

El sistema de ayuda de descenso en pendiente (DSR)mantiene automáticamente una velocidad preseleccionada —entre 2 y 18 por hora—, que el conductor puede consultar en el visualizador del cuadro de instrumentos y en el opcional ‘Head-Display’ del parabrisas; así, el asistente ‘contribuye’ con intervenciones sobre los frenos, para que el conductor mantenga en todo momento el control del vehículo en el descenso de pendientes empinadas.

En suma, agrado y polivalencia en una veintena más de centímetros que el Clase B, en un GLB —SUV compacto— con el que Mercedes lanza un órdago al segmento de militancia, sin olvidar la ‘guinda’ —opcional, eso sí— de las 7 plazas.

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