Diario de León
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León

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josé enrique martínez

El extraño título del poemario, Jirafas en el zoológico de Atlanta, del joven alicantino Álvaro Carbonell, procede del poema último en el que se dice que las jirafas en cautiverio desarrollan «comportamientos repetidos sin un fin determinado», como los propios humanos, como los poetas mismos, apresados por la realidad: «Es el poeta —tras las rejas de lo real— un animal descuidado». Preocupado por indagar sobre el lenguaje y la poesía, en otro poema equipara sueño y poema: «como el poema, el sueño es minería de luces», indagación, búsqueda, escombrado, hasta dar con alguna llama.

Entre la realidad cotidiana y lo generacional se mueve la poesía de Carbonell, según el jurado que le concedió el premio València Nova. De las vivencias cotidianas parecen brotar la mayoría de los poemas, de asuntos aparentemente banales en algún caso, como los recuerdos infantiles que suscita la bañera familiar que se va a sustituir pon un plato de ducha, hecho que supone la experiencia de «mis primeras ruinas». En este sentido, Tierra nuestra resulta un buen poema sobre la figura del abuelo que trabaja el campo para que crezcan las plantas, como también él «crece todavía hacia a muerte».

El poeta no se queda en el mero relato poético; como expresa otro poema, trata de «intuir en todo lo que existe algo más que superficie», sea en la luz del amanecer o en los signos de la pantalla, en todo lo que una vez tuvo vida, como en el cementerio de «automóviles muertos donde alguien —algún día— hizo el amor». Poesía generacional es la de Carbonell también, como no puede ser de otra manera, y no solo porque se mencionen realidades nuevas (wifi, móvil, etc.), sino porque expresa sentires de los jóvenes de hoy, aunque el asunto amoroso, por ejemplo, es cosa de siempre expresado de otro modo: un poema, por ejemplo, alude al aterrizaje en Marte de una nave espacial, para terminar: «Pienso en ti / como un lugar de aterrizaje. / Qué tenaz el corazón que no le teme al cosmos».

Finalmente cabría hablar de ese «novedoso ritmo de gran vuelo» por el que fue premiado; es algo que se aprecia, por ejemplo, en las imágenes relativamente fastuosas: «Arrugadas, las bolsas de plástico / trinan salvajes, son aves posadas / en cerchas de fábricas abandonadas, / mariposas acechando cadáveres». Digamos finalmente, que el poeta sabe lo que es una pieza bien construida, frente al desorden con que nos sorprenden algunos poetas de hoy día.

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