Diario de León

Ayudas europeas

Plan de recuperación: lo difícil empieza ahora

«No habrá dinero sin proyectos viables». El abogado y lobbista leonés Emiliano Alonso advierte de que para la Comunidad, el reto es hitórico, a la misma altura de la decisión de aprobar los fondos europeos. Y aporta líneas de actuación para la autonomía

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Emiliano Alonso Pelegrín
León

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Llevamos días escuchando hablar de los fondos europeos para la recuperación y algunas comunidades autónomas ya están reclamando su parte. Sin embargo, no habrá ayudas sin proyectos, como explico a continuación.

Podrían llegar a España 140.000 millones de euros de transferencias y préstamos, ¡casi el doble de lo recibido entre 2014-2020! Pero la tarea verdaderamente difícil empieza ahora: España presentará en octubre en Bruselas un primer borrador de Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia 2021-2023 y tendrá hasta finales de abril de 2021 como plazo máximo para enviar la propuesta definitiva. Las ayudas no llegarán hasta que el plan sea evaluado y aprobado por la Comisión Europea. Como dato importante y por increíble que parezca, nuestro país no ha sido capaz de gastar todos los fondos que le fueron asignados entre 2014-2020 por no presentar proyectos viables.

Para Castilla y León y el resto de las comunidades autónomas, el reto es histórico, a la altura de la decisión de aprobación de los fondos europeos.

La Junta no debe esperar a la llamada de Madrid y tiene, primero, que liderar de inmediato un plan autonómico sólido y ambicioso para insertarlo en el plan nacional y, luego, allanar el camino en Madrid y Bruselas para tener éxito iniciando un plan de lobby profesional e inteligente para defender sus intereses. Este plan debe, en mi opinión, ser el resultado de un pacto con los agentes sociales y la sociedad civil de la Comunidad que dé prioridad a proyectos de apoyo a la actividad empresarial para la creación de empleo en línea con el pacto verde europeo y la digitalización.

No conviene soñar. La competencia entre los 27 Estados miembros de la UE y sus decenas de regiones se intensificará, por lo que Castilla y León debe potenciar la representación y defensa de sus intereses, es decir, actuando como lobby en Bruselas, no sólo para sacar adelante las ayudas sino para convertirse en una región-modelo de referencia.

Cuatro consideraciones para aclarar malentendidos sobre el histórico acuerdo del Consejo Europeo de 21 de julio.

Primero: Nada está hecho hasta que los planes nacionales sean aprobados

Los planes nacionales de cada país deberán contener medidas bien estudiadas, viables y con efectos socioeconómicos reales. Tendrán que ser redactados por todo@s y en beneficio de tod@s (poderes públicos, empresas, agentes sociales, ONGs y think tanks). En su análisis, la Comisión será implacable y los Países Bajos junto con otros estados del norte de Europa llamados ‘frugales’ vigilarán cada punto y cada coma: estarán con la maza preparada.

Segundo: No confundamos los presupuestos generales del Estado para 2021 con el plan de recuperación europea 2021-2023

Aunque el nuevo fondo Nueva Generación UE podría llegar a España en 2021 y nutrir una parte de nuestros presupuestos generales, los fondos europeos para financiar los proyectos de los planes de cada país no podrán limitarse a financiar promesas de los programas nacionales de gobierno ni dedicarse sin más a disminuir el déficit público (gastos de prestaciones sociales o intereses de la deuda que se anuncian peliagudos…). El plan nacional que presente España tendrá que incluir proyectos concretos a varios años vista que respondan a las condiciones impuestas por la UE.

Tercero: Ni vencedores ni vencidos, ni leales ni desleales

La lucha política en España provoca cierto sonrojo. El comprensible pero inútil márketing político de cada partido para colgarse las medallas del acuerdo alcanzado en Bruselas, debe dar paso inmediato a la tarea de arremangarse para hacer el plan, sabiendo que nos examinaremos todos en Bruselas: Gobierno y comunidades autónomas, agentes sociales y sociedad civil. En la UE publicitar luchas internas tan solo sirve para debilitar nuestras posiciones.

Cuarto y último: Castilla y León

El pacto verde y la digitalización son las condiciones que pondrá Bruselas y riman muy bien con las necesidades de la autonomía. Con el turismo en horas bajas, cuyo modelo deberá reinventarse, Castilla y León debe hacer suya la estrategia europea ‘de la granja a la mesa’ para impulsar su sector agroalimentario, promover la construcción y las infraestructuras sostenibles, luchar contra la despoblación con nuevos planes de digitalización y movilidad, convertir su economía en circular no llevando los residuos a los vertederos sino a instalaciones industriales (cementeras) para ser coprocesados. También están la energía y la ayuda a las antiguas cuencas mineras.

Como vemos, la tarea se anuncia dura y habrá que elegir qué proyectos, pero más vale tener donde elegir y no quedarse pasmados.

Emiliano Alonso (León, 1961) es abogado y lobbista. Autor de ‘El lobby en la UE: manual sobre el buen uso de Bruselas’ (ESIC, 2ª edición 2016)

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